El pedal para descarrilar el ómnibus

GRADA DE RÍO

AFP7 vía Europa Press

Coudet busca la fórmula para contrarrestar el engranaje defensivo del Cádiz

09 dic 2020 . Actualizado a las 09:40 h.

En cinco de los doce partidos que lleva disputados, la meta del recién ascendido Cádiz no vio cruzar ni un solo balón. Solo Osasuna, en la jornada inaugural, y el Atlético han sido quién de perforarla por partida múltiple. Y, ojo avizor, hasta el desembarco en el Metropolitano, única derrota amarilla a domicilio hasta la fecha, Álvaro Cervera y los suyos sumaron por victorias sus cuatro desplazamientos fuera del Carranza -ante Huesca, Athletic, Real Madrid y Eibar- sin encajar ni un solo gol.

Cuestionado por la escasa posesión con la que los suyos derribaron al Barcelona, un raquítico 18%, el técnico no escondió sus credenciales. «Nosotros no necesitamos la posesión para ganar. Es más, en algunas ocasiones nos trae problemas». Solo venía a ratificarse en aquella sentencia con la que se confesó al salir de San Mamés con los tres puntos en el buche: «El Cádiz es un equipo defensivo porque su entrenador lo es».

Frente al Barcelona, Cervera dispuso de un 4-1-4-1 dejando a Álvaro Giménez como única referencia ofensiva. Con el danés Jonsson ejerciendo de pivote intermedio, flexible en las ayudas, las dos líneas de cuatro se juntan en muy pocos metros, tomando como referencia el borde del área de Ledesma y enmarañando al rival. «Te dificultan mucho el juego entre líneas. El Celta debe ser paciente, que no quiere decir ser pausado», apunta Jorge Otero. El que fuera celeste e internacional, y actual técnico del Alondras, cree que una de las claves va a estar en la profundidad por bandas. «Jugar con velocidad es la mejor arma para provocar que pierdan la posición, es importante atacar por fuera y generar centros laterales, aunque esos centros por su acumulación de futbolistas no lleguen a rematarse pero que puedan permitir segundas jugadas».

Obligarles a jugar

Al Cádiz le va bien que no pasen demasiadas cosas. Restarle marchas al partido, llevarlo al tedio. De hecho no somete al rival a una presión feroz. No pretende recuperar la pelota cuanto antes, prefiere que el rival no sepa qué hacer con ella al ver anuladas todas las líneas de pase. «Lo hacen francamente bien, hay que reconocérselo y es un mérito enorme del trabajo de su entrenador».

Otero es partidario, si el Celta se atasca, de dejar que sea el Cádiz el que salga con la pelota jugada. «Obligarles a que sean ellos los que tienen que proponer algo con el balón, recular si es necesario, y de esa forma facilitar que puedan generar espacios para atacarles luego». Las cualidades de Iago Aspas se le antojan fundamentales. «Filtra muy bien, se descuelga, tiene un gran uno contra uno. Su desequilibrio debe ayudar a generar dudas al entramado defensivo. Si tú atacas siempre de la misma manera, y especialmente si lo haces permanentemente por dentro, para el rival es mucho más fácil defender. En la variedad de las armas que utilice el Celta puede estar el secreto de su éxito. Y, ya que no cuenta con extremos puros, debe ayudarse de la profundidad de sus laterales como ha hecho en los últimos encuentros».

«Nos desprecian»

Preguntado por si a sus futbolistas no les ofusca pasar tanto tiempo sin la pelota, Cervera frunce el ceño: «Lo que convence a los jugadores son los resultados. Si yo les pido hacer esto, pero los resultados no son buenos, no les convenzo a ellos ni a nadie. Creo que hay ciertos partidos que hay que jugarlos así». Los números, por ahora, le dan la razón. «Yo respeto a los equipos de posesión, pero ellos nos desprecian».