Lo que le han regateado a Iago Aspas

GRADA DE RÍO

Mariscal

23 dic 2020 . Actualizado a las 20:04 h.

Iago ya le ha marcado al Getafe. De los 29 equipos a los que se ha enfrentado en Primera, solo se le resiste el Elche. Casi nada. No deja de pulverizar estadísticas en un año en el que le han negado dos grandes reconocimientos: el preámbulo de la Eurocopa y dejar su nombre presidiendo la nueva ciudad deportiva del club.

«Los nombres se finiquitan, el Celta tendrá 200 años y no se recordará qué hicieron los jugadores de estos 97, la mayoría de gente no podrá recordarlos». Quizá precisamente por eso, para que el olvido no aniquile a quien merece la memoria colectiva, nos valemos de este tipo de cosas. Además, quién sabe. Hasta puede que cuando el Celta cumpla 200 años necesite otra ciudad deportiva, viendo que la anterior tuvo una vida útil de treinta. Quizá Mouriño pensó que tamaño nombramiento popular podía ser contraproducente para el ego de Aspas, todavía un soldado en activo. Cualquiera que conozca bien a Iago sabe que es ya lo suficientemente maduro como para sacar musculitos encima de esa parra.

Compartamos o no el argumentario, Mouriño, en esto, se ha explicado. Ya ha hecho más que Luis Enrique. El mejor delantero español de los últimos años no tiene sitio entre los mejores del país. ¿Por qué?. No lo sabemos. Es el que más marca y el que más asiste. Da igual. Está en un momento de forma espectacular, se ha rendido a sus pies la plana mayor del deporte español. Y a mí qué. Convoca a cinco delanteros, no a uno, alguna explicación tendrá: «Lo miro con mucho cariño», dijo el seleccionador con cierta condescendencia. Si Luis Enrique hubiese consultado sería imposible que Aspas no fuera llamado a filas. Pero puede que Lucho sea de los que consulta solo consigo mismo.

Mouriño ha sondeado. Si no vetase los nombres, y por extensión el de Iago Aspas, probablemente hubiese barrido. No es que lo de Afouteza no represente, es que le hemos puesto tanto la mano encima últimamente al bonito palabro que hasta desmerece el ingenio deseable en una consulta popular. En Valladolid hicieron una, sin cortapisas, para elegir el nombre de la vía en la que se instaló la famosa tienda de muebles que luego te montas en casa. La opción más votada fue llamarle a esa calle «Me Falta un Tornillo». No serían capaces de aceptar el chascarrillo, pensarán. Pues lo fueron. El gigante sueco está hoy en el número 5.