El perfil especializado en historia y estadística del Celta explica cómo trabaja y por qué hay cifras que resultan imposibles de comprobar
26 dic 2020 . Actualizado a las 20:55 h.La persona que está detrás de la cuenta de Twitter especializada en estadística e historia del Celta Afouteza e Corazón, abierta en septiembre del 2016 y que cuenta con el club y varios de sus jugadores entre sus más de 5.000 seguidores, mantiene en secreto su identidad, que guarda muy celosamente. Sin embargo, hoy compartía un hilo donde sí revelaba detalles de su método de trabajo, las dificultades que se encuentra para contrastar datos -sobre todo de los años 20 y 30- y los motivos de que sea así.
A raíz del hecho de que Iago Aspas alcanzara a Nolete como segundo goleador de la historia del Celta -otorgándole al gondomareño el número máximo de goles que podría haber alcanzado-, Afouteza ha querido explicar por qué existen dudas sobre su cifra y también sobre la del futbolista que encabeza el ránking, Ramón Polo. «Hay partidos de la década de 1920 y 1930 que dan dolores de cabeza: algunos partidos no tienen crónica, no hay información; otros partidos tienen cinco o más crónicas distintas, y cada una concede el gol a un futbolista diferente», expone. Esto supone que «dar fiabilidad a un gol a veces es imposible».
Afouteza profundiza sobre los métodos de trabajo, los medios al alcance de los periodistas de aquella época y las dificultades que tenían que sortear. «El enviado especial utilizado por la prensa acudía a los partidos con una libreta donde apuntaba con todo tipo de detalle lo que sucedía en el campo: clima, hora, vestimenta, árbitro, alineaciones, minuto a minuto cada ocasión, cada gol, los sucesos en el público, etc.». Pero esos apuntes podían contener fallos debidos a que el periodista llegaba tarde, diluviaba y lo escrito se emborronaba o que entre los paraguas y el alboroto, no veía el gol no el goleador, expone el investigador.
Pone ejemplos como el de una crónica donde se podía leer: «Al descanso, el marcador era de 3-0 con 2 goles de Nolete y 1 de Reigosa. En la segunda parte, la goleada fue bochornosa, con 5 goles más, sin que merezca la pena dar más detalles». También apunta a que en años donde no había televisión, internet, cromos ni repeticiones «no era fácil que los periodistas locales que acudían al partido conociesen a todos los futbolistas del equipo visitante». Y hace una reflexión a propósito de esto: «Si hoy algún narrador confunde a Brais con Baeza por ser zurdos... Imagínate en aquellos años...».
En su exhaustivo trabajo de investigación de la historia del Celta, Afouteza se ha topado también con el problema de las crónicas con datos contradictorios entre sí, poniendo ejemplos prácticos. «Cuando el Celta jugaba a domicilio, lejos de Galicia, la prensa gallega escribía las crónicas con la información que le facilitaba por teléfono por el periodista madrileño, sevillano... etc. que había ido al partido en aquella provincia. La prensa gallega oía los apuntes y los escribía», con el problema del teléfono escacharrado y los correspondientes errores que acarreaba.
Desvela Afouteza que llegó a leer 18 crónicas de un mismo partido con un balance de 14 que daban el gol al futbolista A y cuatro al B. «Investigando más, dos días después del partido, leí una entrevista en el aeropuerto tras el regreso del equipo: el futbolista B comentaba su gol», detalla.
En este hilo aprovecha también para dar las gracias a las hemerotecas que le permiten investigar el pasado. «Sin ellas no sería posible conocer nuestra historia. Mil gracias a todos los trabajadores que las elaboran y las cuidan. Y gracias a los periodistas que cubrían aquellos partidos sin apenas medios». Dicho eso, apunta que «hay goles cuya autoría tienen una fiabilidad del 99% y hay que fiarse. Pero hay otros goles dudosos, crónicas contradictorias», por lo que él no se moja en esos casos. «Sería injusto fiarme de un periodista y no del otro. Por eso digo que hay doce goles que Nolete los pudo meter, o quizá ninguno».
Afouteza asegura que su trabajo de investigación se basa en «miles de horas, paciencia, minuciosidad y contrastas crónicas». «Cualquier persona puede hacerlo», añade. Por último, señala: «Cada uno tiene sus cifras, nunca sabremos la verdad exacta, pero el objetivo es aproximarse lo máximo posible a ella».