El asturiano que eligió ser del Celta

M. V. F. VIGO

GRADA DE RÍO

Diego, a la derecha, con más miembros de Brenga Celeste
Diego, a la derecha, con más miembros de Brenga Celeste CEDIDA

Un gol de Nolito en el 2015 desató la pasión por el Celta de Diego González, celtista sin ningún vínculo con Galicia

24 ene 2021 . Actualizado a las 11:39 h.

Diego González Quiros, ovetense de 18 años recién cumplidos, tiene cerca de seis de antigüedad como aficionado del Celta. Puede parecer poco tiempo, pero suficiente en su caso para que una pasión que comenzó sin darse cuenta se convirtiera en una elección. Porque a él no le viene de familia ni amigos, enfatiza que fue una opción personal: «Yo escogí ser del Celta», dice.

Todo empezó con un gol de Nolito en el minuto 88 del duelo frente al Málaga del 29 de abril del 2015. Por aquel entonces, el Celta solo era un equipo más para Diego. «Me gustaba el fútbol, ver partidos, pero no era de ningún equipo. Hasta que vi aquel partido en que metió Nolito al final y, más que él Celta, me empezó a gustar él», comenta sobre el gaditano.

De una manera progresiva, empezó a fijarse en el sanluqueño y a ver partidos del Celta por él. Incluso recuerda que su padre le regaló en aquella época un póster a tamaño gigante del que ahora vuelve a ser céltico. Pero aquel interés por Nolito dejó paso a una pasión creciente por el equipo vigués. «Al principio veía algún partido, nada importante, pero acabé viéndolos todos. Luego el Celta se clasificó para Europa y ahí yo ya me consideraba celtista», recuerda. Incluso ha estado en varias ocasiones viendo al equipo en Vigo.

Pero si bien admite que su afición nació «cuando el Celta empezaba a hacer las cosas bien», tiene claro que no es un celtista de ocasión. «Cuando ganamos estoy contento y cuando no, lo paso mal, claro. Pero también en esos malos momentos es cuando me reafirmo y me hago más del Celta. Es como, «joder, este es mi equipo»», comenta. Porque nunca le han llamado la atención Madrid o Barcelona, ni siquiera el Oviedo de su localidad natal. «El Celta es el primer y único equipo del que realmente fui consciente de que quería ser y al que quería animar. Elegí y elijo ser celtista», explica.

Inevitablemente, ha logrado que sus padres y hermano se acerquen algo al Celta por su «pesadez», reconoce. «Los intento siempre convencer para ver el Celta cuando hay otros partidos a la vez», indica. Entre sus amigos hay simpatizantes «diría que de todos los equipos menos del Celta», pero que le tomen por loco no es algo que le preocupe lo más mínimo. «Llama la atención, sobre todo porque la forma que tengo de vivirlo no es que veo partidos y ya está: me compro camisetas, resubo (en redes) lo que sube el Celta... Pero me da igual lo que diga la gente», asegura.

Su celtismo le llevó a entrar en contacto con la peña celtista asturiana, Brenga Celeste, en concreto con su artífice, el vigués afincado en Asturias José Costas. «En un partido del Celta éramos los dos únicos locos en el bar que nos levantábamos cuando marcaba el Celta», recuerda sin ser capaz de ponerle una fecha exacta. El caso es que ahí empezó a hablar con José y desde entonces ven juntos la mayoría de los partidos y hablan de presente y pasado del club. «El vivió la época de Mostovoi. Yo he visto vídeos, pero me quedo con Aspas. Para mí, es el mejor».