Denis: «Correr y robar balones eran déficits que he incorporado como virtudes a mi juego»

La Voz VIGO

GRADA DE RÍO

LOF

El jugador del Celta considera que la temporada del equipo hasta ahora es de «notable bajo o bien»

29 mar 2021 . Actualizado a las 21:14 h.

El céltico Denis Suárez mantuvo una charla con Miguel Quintana en Diario de un periodista deportivo. El jugador del Celta repasó diferentes momentos y aspectos de su trayectoria futbolística, además de hablar de su rol actual en el equipo vigués y de lo que le pide su entrenador, Eduardo Coudet, con el que está jugando de mediocentro tras haber ejercido durante su trayectoria de interior izquierdo, mediapunta o en banda.

Admite el salcedense que su posición actual es «difícil de definir». «Si te pones a ver el esquema antes del partido, parece el típico mediapunta porque juego con una línea de tres por delante, pero creo que es más de seis u ocho que de diez. Es un poco engañoso», desgrana. Asiente cuando se le plantea si es más importante en los primeros pases que en los últimos. «Coudet habló conmigo, me dijo que había visto muchos partidos míos, que tenía mis estadísticas y tocaba poco balón, de media entre 30 y 40. Quería que doblara esa cantidad de toques con él porque creía que cuantos más balones pasaran por mí, más posibilidades tendría el equipo de ganar», ahonda.

Continúa su análisis Denis hablando de que cuando inicia el equipo es más un seis, «encargado de sacar el balón», aunque ahora los equipos les conocen y «tapan mucho esa salida». «Ahora estamos saliendo más con los centrales o los laterales y luego en campo contrario, si puedo llegar al área y demás, pero sabiendo que juego con cuatro jugadores muy ofensivos por delante y solo cinco por detrás», indica.

«Coudet me dice: ‘Agarra la manija y haznos jugar’»

Agradece el salcedense que Coudet es «muy claro» con él. «Me dice siempre que juegue sencillo. Antes de los partidos, me dice: ‘Agarra la manija y haznos jugar’. No es una posición de diez, de último pase, que creo que es unas de las mejores cualidades que tengo». También valora que ahora ha desarrollado otras. «Estoy corriendo y robando más balones que nunca, obviamente a la sombra de Renato, que roba muchos balones y es muy bueno en duelos defensivos. Si estuvieran jugando con un futbolista totalmente diferente a Renato, quizás tendría un valor aún más importante lo que estoy corriendo y recuperando. Esa faceta era uno de mis déficits y a día de hoy es una virtud más que estoy añadiendo a mi juego», desarrolla.

Comparando con la etapa de Óscar García Junyent, cree que su sistema era «más defensivo que ofensivo», confiando en unos ataques rápidos que no son del gusto de Coudet. «Desde que llegó el Chacho quiso juntar a los jugones. Dijo: ‘Tenemos un equipo de jugadores con buen pie, creo en esto, tenemos que ser protagonistas, tener el balón y llevar el peso del partido. No le gustan los ataques rápidos», subraya. Al argentino le gusta que tengan el balón. «Por eso cuando recibo, a veces doy pausa al equipo. Cuando tienes un ataque rápido, tienes que hacerlo, pero le gusta que cuando llevamos dos o tres minutos sin tocar balón, enlacemos pases y empecemos a jugar», añade.

Destaca también sobre el Chacho que su discurso conectó con el vestuario desde el primer momento. «Soy de los que piensan que una charla antes de un partido es muy importante. El Chacho, como buen argentino, es un motivador y desde el primer día, su mensaje ha calado», recalca. También recuerda que a su llegada, pese a la derrota inicial en un «buen partido» en Sevilla, las cosas les «vinieron de cara». «Al final, coges una dinámica de dos o tres partidos ganando y todo es mucho más fácil».

«La temporada pasada fue un desastre en lo colectivo y en lo individual»

En cuanto a lo ocurrido la temporada pasada, recuerda que tras salvarse en la anterior en la última jornada, «se hace un proyecto recuperando a jugadores importantes para mirar a los siete primeros, pero empiezas la temporada, ves que estás lejos de ahí y que te vas metiendo abajo». Aunque tras el confinamiento tuvieron una buena racha, se volvieron a complicar. «En mi carrera nunca había peleado por no descender y los compañeros que lo han vivido saben que las piernas no van igual. Al final, se salvó la temporada, pero fue un desastre tanto colectivo como individual».

Sobre la actual, considera que hasta el momento «no es sobresaliente, pero sí de bien o notable bajo», una nota que puede variar en función de lo que suceda en los compromisos que aún quedan por delante. «Quedan diez jornadas que marcan si el equipo mira a cosas mejores o está peleando por no descender o en mitad de la tabla sin jugarse absolutamente nada».