Los días celestes de Emre Mor llegan a su fin

LA VOZ VIGO

GRADA DE RÍO

Oscar Vázquez

El extremo ya no entrenó ayer en Mos y será nuevo jugador del Karagumruk turco

22 ago 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Casi cuatro años después de su ilusionante llegada, ayer se conocía la noticia más esperada desde hace mucho sobre Emre Mor: no volverá a vestir la camiseta del Celta. El club y el jugador tenían claro que querían separar sus caminos y había acuerdo entre las dos partes, pero faltaba que apareciera un equipo interesado en hacerse con los servicios de un jugador que lleva prácticamente esas cuatro temporadas sin levantar cabeza, salvo el oasis de la pretemporada y el inicio de Liga del 2020. El Karagumruk de la primera categoría turca se perfila como el equipo que le dará esa enésima oportunidad.

Lo que está claro, a falta de la confirmación oficial de su próximo club, es que el turcodanés ya no entrenó ayer en las instalaciones del equipo vigués -desde que se incorporó en la pretemporada, siempre había trabajado en solitario y en horarios distintos a sus compañeros- y que no volverá a hacerlo. Finalmente, el agente al que confió la meta de encontrar un nuevo club, Mino Raiola, ha conseguido lo que parecía un reto mayúsculo.

Ya hace poco más de una semana, en su comparecencia en vísperas del inicio de Liga, el presidente del club, Carlos Mouriño, comentó que tenían noticias de que podía haber un destino para Mor, aunque en ese momento no estaba cerrado. Ya previamente, el propio jugador había hecho unas declaraciones en Turquía en las que dejaba claro que no su idea era no seguir en Vigo y que había recurrido a este representante de prestigio y contactos para poder lograrlo.

Las intenciones

Fue a finales de julio cuando el ya excéltico se expresó con claridad sobre sus intenciones y las del Celta, que estaban en total sintonía. «Mi objetivo es comenzar de nuevo en otro club», admitía el extremo, añadiendo que quería iniciar etapa en un nuevo entorno por considerar que era lo mejor para su carrera. «Creo que me vendrá bien un cambio de aires y luego me toca a mí volver a mostrar mi mejor versión», indicaba.

Aseguraba entonces el futbolista que una condición imprescindible para que decidiera salir era que fuera a ser «parte importante» del nuevo proyecto, destacando que no le movía el dinero. «Quiero ir a un lugar donde pueda poner en marcha mi carrera y volver a ganar confianza para poder recuperar mis sueños», de modo que dejaba la puerta abierta a permanecer en Vigo si no aparecía una posibilidad que colmara sus expectativas.

13 millones y dos goles

A punto de cerrarse el mercado de verano del 2017 llegaba a Vigo Emre Mor. Se recuerda la sonrisa ese día al recibirle en el aeropuerto del director deportivo, Felipe Miñambres, que no podía esconder su satisfacción por haber cerrado una operación ilusionante que costó 13 millones de euros. Sin embargo, el fichaje fue un fiasco. Dos goles en 2.000 minutos resumen una trayectoria con muchísimos más oscuros que claros, marcada por la indisciplina, los conflictos con distintos técnicos, las lesiones y el bajo rendimiento. «Nadie me habló bien de él», llegó a decir Óscar García Junyent. A él llegó a convencerle hasta el punto de iniciar la liga como titular. Un espejismo que no pasó de las primeras cuatro jornadas. De su último partido hace siete meses.