Ni el fútbol ruso ni el turco convencieron al pivote, que al menos estará hasta enero
10 sep 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Okay Yokuslu se queda en Vigo, al menos hasta el mes de enero, y ahora está por ver cuál es su papel en la plantilla del Celta, que con la presencia del otomano cuenta con 22 jugadores con ficha del primer equipo.
Okay apuntaba a venta del verano, pero no salió hacia la Premier el último día de mercado (el 31 de agosto) y tampoco lo hizo ni al fútbol ruso ni a la Superliga turca, que parecía la más interesada en recuperarle, en los días a mayores que tenían otros mercados. Ninguna de las opciones de salir que tuvo a lo largo de estos meses le convenció, y ahora se plantea un nuevo escenario, insospechado del todo.
Por el momento tiene cuatro meses en el Celta y está por ver si Eduardo Coudet cuenta con él. El entrenador dejó la puerta abierta a esta opción en una de sus comparecencias. «Está solucionando su futuro», dijo en más de una ocasión cuando las puertas del mercado estaban abiertas y el jugador quería salir. Si al final cuentan con él para las convocatorias, no será como central, algo que descartó de un modo categórico. Su papel en el equipo sería como mediocentro y para luchar con Renato Tapia y Fran Beltrán.
El club apuesta por él
A diferencia de otros jugadores que no llegaron a salir y pagaron la correspondiente factura, en el caso de Okay Yokuslu, el Celta siempre ha puesto de manifiesto su buen comportamiento, que fue de frente en todo momento y que en lo deportivo todavía puede ser un jugador aprovechable. Okay tiene dos años más de contrato en Vigo y aun en el caso que pueda salir en el mercado invernal, el tener minutos podría serle un buen escaparate. No obstante, no lo tendrá fácil con sus rivales por el único puesto de pivote defensivo que hay en el sistema de Coudet.
Okay no está sin ritmo de competición, ya que además de jugar en Inglaterra hasta mayo, tuvo minutos con la selección de su país (regresó ayer después de participar asiduamente). Está por ver también cuál es el estado anímico del jugador, que desde el invierno pasado consideraba que su etapa en el Celta había tocado a su fin.
