
La caída de Mendy, la tercera pena máxima, recibe la reprobación unánime
03 abr 2022 . Actualizado a las 05:00 h.El historial de Pablo González Fuertes en los partidos que le dirige al Celta es de traca. En la retina de la mayoría de los aficionados perduraban las dos amarillas, y posterior roja a Maxi Gómez, en su día en Getafe. Pero aquel partido queda borrado de un plumazo por su actuación de ayer en Balaídos. Por los tres penaltis señalados, el gol anulado al Celta, por enseñar solo tarjetas a los vigueses. Y con tantas historia, el VAR solo intervino para anular un gol a Thiago Galhardo. En todo lo demás, se inhibió.
Dentro de la crítica a toda la actuación del gijonés, el tercer penalti se lleva la palma. Porque con el 1-1, y apenas diez minutos después de pitar el segundo penalti, González Fuertes no dudó en llevar a los once metros una simulación de Mendy, que buscó el contacto con el pie de apoyo de Kevin Vázquez para dejarse caer. El árbitro pitó el penalti y el VAR no intervino. De la misma manera que antes tampoco quiso saber nada de los dos «penaltitos» —Aspas, dixit— con que fue castigado el Celta. En el primero, Nolito comete la ingenuidad de intentar sacarle el balón a Militao, y al central le faltó tiempo para dejarse caer. En el segundo, Rodrygo aprovechó la entrada de Jeison Murillo para hacer todo lo demás.
El gol anulado a Galhardo también tiene su punto surrealista. Porque el árbitro lo concede en primer lugar y luego, cuando a instancias del VAR acude al monitor, tarda segundos en cambiar de opinión. Todo, en una lance que ofrece dudas: en primer lugar, porque las líneas del videoarbitraje indican que Aspas tiene el pie adelantado en el momento que peina el brasileño el balón de cabeza, pero a renglón seguido, toca el balón Courtois, de ahí va al palo y termina entrando. En teoría, sería una nueva jugada tras entrar el portero belga en contacto con el esférico, pero no para Pablo González Fuertes.
Las tarjetas también merecen un análisis aparte. El colegiado enseñó tres y todas ellas fueron para los jugadores vestidos de celeste: Javi Galán, Murillo y Galhardo, este por quitarse la camiseta en la celebración de su gol, el que finalmente no subió al marcador. La de Javi Galán por protestar y la de Murillo para justificar el segundo de los penaltis.
Por el contrario, ninguna de las acciones de los jugadores madridistas fueron merecedoras de tarjeta. Ni un placaje a Kevin por parte de Militao que dejó al futbolista de Camos postrado en el suelo, ni la dura entrada de Vinicius sobre Cervi, ni las consideraciones de los jugadores blancos al árbitro en varios lances del partido. Con motivo de la actuación del mismo árbitro en Getafe tres años atrás, en febrero del 2019, el Celta había hecho público un duro comunicado. Falta por ver cuál será ahora la reacción.