Del tsunami al partido definitivo

LA VOZ VIGO

GRADA DE RÍO

RC CELTA

Después de una semana marcada por la sentencia a Santi Mina, el Celta busca cerrar la permanencia y cambiar su imagen ante un Alavés lleno de urgencias

07 may 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Santi Mina ya forma parte del pasado del Celta, pero el presente indica que la salvación matemática todavía es tarea pendiente. Los vigueses necesitan un punto ante el Alavés para cerrar un año cargado de contrastes. La contienda ante los vitorianos, que se juegan la vida, llega después de una semana loca y donde el partido siempre estuvo en un plano muy secundario. El tsunami de la condena de cuatro años de prisión al vigués por abuso sexual se lo llevó todo por delante.

Cada visita del Alavés a Vigo es un guiño al drama y a la épica. Ante el conjunto vasco emergió Aspas para sacar en el 2009 al Celta del descenso a Segunda B, pero en Balaídos se salvaron y también acabaron en el infierno los albiazules. Del mismo modo, gestaron en el feudo vigués su acceso a la final de Copa del Rey del curso 16/17. Esta tarde será el cuadro vitoriano el que más ponga en juego, porque los de Julio Velázquez, su tercer técnico de la temporada, están a cuatro puntos de la salvación.

Por eso Joselu, Luis Rioja y compañía comparecerán con el cuchillo entre los dientes para aprovechar su mayor necesidad, pero el Celta necesita sumar y olvidarse de una temporada que no pasará a la historia si finalmente tiene como resultado un undécimo curso consecutivo en Primera.

Coudet hará dos movimientos con respecto al once de Los Cármenes, en donde Santi Mina jugó su último partido como celeste. Las prestaciones de Denis Suárez en la segunda mitad invitan a pensar que recuperará la brújula en el centro del campo, en detrimento de Renato Tapia, y Thiago Galhardo se perfila como el acompañante de Iago Aspas. Al Chacho le gusta contar con un delantero de referencia que libere al 10 y el brasileño es ahora la única opción. Además, en esta ocasión necesita centímetros que contrarresten el poderoso juego aéreo del rival. Un aspecto que convierte por completo en secundaria la opción de variar la posición de Brais o de dar la primera titularidad a casi inédito Orbelín Pineda.

La intensidad, lo primero

La primera premisa de la contienda estará en la intensidad. El Celta, pese a tener la permanencia virtual en el bolsillo no puede dejarse llevar. La recta final de temporada se ha convertido en una sucesión de partido con poca sustancia a excepción del fenomenal desempeño de San Mamés y, además, en casa, los vigueses no ganan desde el 6 de marzo al Mallorca. Desde entonces, un empate y dos derrotas en Balaídos, la última con un pésimo juego ante el Getafe. Como local, nadie ha perdido más que el Celta: ocho partidos, una cifra que bajo ningún concepto debe engordar. Estos argumentos obligan al Celta a buscar la redención tres días antes de viajar al Camp Nou en la última semana llena de partidos del campeonato.