Similar al caso de Erik Bugarín es el de Damián Canedo, de la misma generación y fichado por el Barcelona en idéntico mercado del 2019. Terminó la etapa juvenil con el conjunto culé, con el que no era titular habitual y con el que se enfrentó hace unas semanas al Celta en la Copa de Campeones Juvenil; acaba de fichar por el Compostela. En estos dos casos se da la circunstancia de que los jugadores célticos más destacados de su generación, Hugo Álvarez y Hugo Sotelo, van a tener una oportunidad en Primera RFEF con el Celta B, mientras ellos parten de cero en nuevos clubes y una categoría más abajo.
A estos ejemplos de retornados a Galicia se suma Jaime Goris, que se fue al Barcelona en el 2020 y, tras un curso allí, la temporada pasada militó en el Arosa, todavía en categoría cadete. Es un futbolista nacido en el 2006. Por el contrario, sí continúan en los equipos que los ficharon del Celta Yago de Santiago (Tottenham) y Álex Cid (Atlético de Madrid). En el club colchonero milita, asimismo, otro excéltico, Javi Fernández, incorporado en el 2018.