La alargada sombra del capitán

GRADA DE RÍO

Oscar Vázquez

Coudet mantuvo a Hugo Mallo en Zorrilla, tras una semana convulsa, a pesar de los problemas defensivos que viene acusando en lo que va de temporada

21 oct 2022 . Actualizado a las 07:59 h.

Veinticuatro horas antes de que Pizarro Gómez silbara el inicio del partido en Zorrilla, Óscar Mingueza no sabía qué posición ocuparía en el terreno de juego, si la de lateral derecho o la de central zurdo. Quizá Coudet todavía valoraba entonces darle descanso a Hugo Mallo en Valladolid. O tal vez era solo un señuelo antes de acabar sacrificando a Unai Núñez para darle al zaguero catalán sus minutos. Coudet había cerrado filas con Mallo en la sala de prensa. El rendimiento del capitán, más que discreto en este arranque de temporada, había pasado a un segundo plano, enturbiado por el ronroneo de un sector de Balaídos hacia el futbolista en el partido contra la Real Sociedad y por el gesto que tuvo al ser sustituido, a más de media hora de concluir el encuentro.

«No sé si se han percatado que se estaba sacando la venda de la cabeza y lo palmeé en el estómago, no hay ningún tipo de problema». Coudet se esforzó en defender su buena relación con Hugo, que no estaba realmente en duda, cuando lo que se cuestionaba era la forma en la que el capitán había encajado el cambio. «Cuidemos a la gente del club, no generemos ahora una ola hacia Hugo Mallo», insistió el técnico, consciente de los recelos que había despertado en la grada. «En la cuarta fecha salió aplaudido por los cuatro costados contra el Cádiz».

Los problemas a su espalda

Coudet intervino para alegar en favor del capitán en aquello que excede a la línea de banda pero pasó de puntillas con lo que acontecía dentro. «En los últimos partidos ha mejorado su rendimiento», fue el sifilítico resumen de lo futbolístico, la mayor evidencia que pesa sobre Mallo en estos meses. Diego Rico lo había descosido en el partido contra la Real y quizá por eso el Chacho lo relevó, igual que había hecho en el partido previo en Balaídos contra el Betis. En ambos casos, Óscar Mingueza, por delante de Kevin, fue su reemplazo.

Una jornada antes de medirse a los de Pellegrini, Hugo Mallo padeció las embestidas de Samuel Lino en Mestalla. En la precedente, en el Metropolitano, sumó errores que costaron goles y un final de partido terrorífico. En lo que fue finalmente una plácida victoria contra el Cádiz, Aidoo le salvó varios despistes a la espalda que pudieron suponer males mayores. En Montilivi, frente al Girona, Miguel Gutiérrez y Ureña le hicieron sufrir en su costado, que devoró Vinicius en el segundo tiempo del partido contra el Real Madrid.

Mallo mantiene, con intermitencia, sus arrebatos ofensivos, pero defensivamente se ha visto desbordado con frecuencia en este arranque liguero. Tras la grave lesión que sufrió en marzo, cuando una fractura longitudinal no desplazada en el borde exterior de la rótula de su rodilla derecha le hizo perderse las últimas nueve jornadas de liga, el rendimiento del capitán dista notablemente del que había ofrecido en la primera temporada de Coudet.

Récord y enlace de la directiva

Hugo Mallo supera ya ampliamente a Manolo en los partidos disfrutados como celeste en Primera División y aspira a hacerlo también en el número total. Durante sus 16 temporadas, «El Gran Capitán» jugó 533 encuentros. El lateral de Marín suma 431. Mallo porta el brazalete desde la marcha de Augusto Fernández al Atlético de Madrid en el mercado de invierno del 2016, respetando el designio de la plantilla de ofrecerlo a los futbolistas con mayor antigüedad en el club. Óscar García se lo retiró en octubre del 2020 tras un incidente personal que acabaría desembocando, junto a los malos resultados, en el despido del técnico catalán diez días después. «No creo que fuera exclusivamente por eso que me cesaran, pero sé que tiene muy buena relación con la gente que manda», dijo tras su destitución.

Mallo, que sigue sin concretar una renovación que Mouriño dio ya públicamente por hecha, cuenta con el firme respaldo de la dirección del club, para el que ha servido también durante estos años como mensajero dentro del vestuario. Un evidente peso que está por ver cómo condiciona las decisiones de los entrenadores, conscientes de los problemas internos que puede generarles la decisión de relegarlo a la suplencia. Coudet amagó en Zorrilla con dar ese paso. Pero, finalmente, Mingueza fue central zurdo.