La planificación de Luís Campos abrió una brecha insalvable entre Coudet y el Celta que terminó con el despedido del argentino
02 nov 2022 . Actualizado a las 17:49 h.A Eduardo Coudet lo echan del Celta sus números, pero, sobre todo, la falta de confianza de la cúpula directiva. Desde el pasado verano, nada era igual entre el Chacho y Carlos Mouriño. La irrupción de Luís Campos diseñó un nuevo trabajo, con el argentino al margen, y las desavenencias comenzaron a surgir, con una visión diferentes en aspectos tan cruciales como la calidad de la plantilla, la utilización de jugadores, la rigidez táctica o el aprovechamiento de la cantera.
LOS NÚMEROS
La peor racha y las malas sensaciones
Un triunfo y un empate en los últimos ocho partidos se han llevado por delante el Chacho, también la sangría de goles encajados: 24 en doce contiendas, algo que no le sucedía al Celta desde el año 1985. Estar a un punto del descenso no hizo nada más que aumentar el nerviosismo. Las sensaciones, con el equipo endeble en las dos áreas y con poco fútbol en la sala de máquinas, fueron otro detonante.
UTILIZACIÓN DE JUGADORES
Diferencias con el parecer de la cúpula
A Coudet se le achaca que no exprimió todos sus recursos, apostando de un modo sistemático por los mismos jugadores y no dándoles oportunidades a otros. Las mayores diferencias entre el Chacho y la cúpula directiva aparecieron con Orbelín Pineda y Williot Swedberg. El mexicano apenas tuvo protagonismo en el segundo semestre del curso pasado y acabó siendo cedido al AEK de Atenas, mientras que el sueco, el primer fichaje de Luís Campos, todavía no ha debutado en la liga. En el club también piensan que jugadores como Luca de la Torre podrían tener más protagonismo.
RIGIDEZ TÁCTICA
La apuesta por un dibujo muy concreto
Coudet comentó en su última comparecencia previa como entrenador del Celta que había ido moldeando su dibujo a las posibilidades de la actual plantilla, pero el 4-1-3-2 siempre ha sido su punto de partida. Los gestores del Celta echan de menos una mayor cintura táctica para aprovechar los jugadores de los que dispone.
BICEFALIA
De controlar todo el área deportiva a quedar en un segundo plano
Después de su triunfal irrupción, el Celta le entregó en el verano del 2021 todo el poder para confeccionar la plantilla con la única premisa que se ajustase al presupuesto. Sin embargo, la irrupción de Luís Campos en el club cambió el estatus del argentino, que tuvo una intervención mucho menor en la confección del plantel actual. Solo entró en danza cuando vio que faltaba medio equipo por construir.
DIVORCIO PAULATINO
Las decisiones del verano y la pretemporada
Desde el verano, ya nada fue igual entre Coudet y el club. Uno de los principales focos de desavenencia fue el stage en México y Estados Unidos, a donde el Chacho acudió con una plantilla muy escasa de efectivos, aunque la diferencia principal apareció en los fichajes. Muchos de los nombres del Chacho fue rechazados y Campos terminó haciendo un equipo más a su estilo, con jóvenes promesas como Larsen, De la Torre o Swedberg.
NIVEL DE LA PLANTILLA
Pérdida de calidad no reconocida en la planta noble
El Celta dio un paso atrás en la calidad de su plantilla, una idea generalizada que en absoluto comparte la zona noble de Príncipe, que a principios de temporada estaba ilusionada con el actual elenco. En teoría, el equipo debía dar un paso adelante con respecto al curso pasado, una idea que el Chacho siempre puso en cuarentena.
APUESTA POR LA CANTERA
El protagonismo de la gente de casa a debate
Aunque el Chacho apostó en su día por Carlos Domínguez, le ha dado continuidad a Gabri Veiga y ha hecho debutar a siete canteranos en el primer equipo, la idea es que no confía en la cantera y sus decisiones no van en sintonía con la filosofía del club. Coudet fue uno de los principales valedores de Gabri cuando el Celta lo tuvo dos meses al margen del primer equipo porque no terminaba de firmar su renovación.
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