El Celta se apunta al fútbol vertical

LA VOZ VIGO

GRADA DE RÍO

RC CELTA

Los vigueses, que tardaron 10 segundos en cruzar el campo y marcar un gol en seis toques ante el Brentford, cambian el pase horizontal por la profundidad

15 dic 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Carlos Domínguez saca el balón desde el área pequeña propia, lo hace con un lanzamiento en largo que tras tocar en un rival bota en campo contrario y con el que se hace Strand Larsen en carrera lanzada. Cerca del balcón del área, el noruego realiza un recorte y le entrega el balón a Iago Aspas en el pico del área derecho. El moañés pisa la pelota y, con un zurdazo, la coloca en el fondo de las mallas. En total, entre el principio y el final de la jugada, se ha recorrido casi un centenar de metros en 10 segundos redondos y con un total de seis toques. La esencia de contragolpe.

La jugada es la plasmación del cambio de idea. Porque el Celta de la colección de pases horizontales que sufría para derribar una línea enemiga parece haber dado paso a un equipo vertical, que corre mucho más el espacio y que utiliza el contragolpe como un arma letal. Un recurso, que pese a su ADN, siempre le había reportado buenos beneficios en etapas pretéritas.

Esta apuesta vivió su primer episodio en el partido de liga de Vallecas, que finalizó con empate sin goles, y está muy presente en la pretemporada otoñal en donde Carlos Carvalhal le debe dar su sello al juego del Celta. Ante el Vizela luso, el equipo anotó el segundo gol en una acción de contragolpe que culminó Carles Pérez en la derecha después de iniciarse en la izquierda y en Londres, el martes, los tres goles llegaron por la misma vía.

El del empate se ejecutó en diez segundos, idéntico tiempo que el utilizado para el segundo: pase filtrado a Aspas, conducción del 10 y asistencia de Gabri Veiga a Larsen para que marcase. En total, fueron diez toques, siete de Aspas con el balón cosido al pie. Los demás solo tocaron la pelota en una ocasión. El tanto colosal de Iago, el 1-3, todavía fue más simple. Recuperación de Óscar Rodríguez y pase filtrado para que el moañés le quitase las telarañas a la escuadra desde 40 metros.

Los tres goles y la evolución del equipo invitan a pensar en un cambio de tendencia en la idea de juego, aunque Carvalhal reclame para los suyos todos los registros: «Los buenos equipos tienen que saber hacer todo bien, incluso jugar con el portero como hicimos en los últimos diez minutos. Buscamos construir un equipo lo más completo posible», señaló tras el tercer amistoso.

Sin embargo, el portugués parece que ha encontrado los mimbres para tapar la sangría defensiva sin perder pegada (todo lo contrario). Con tres centrales, el equipo parece más arropado y la doble función de Mingueza no le hace perder efectivos para montar el ataque (o el contragolpe). Pero además del catalán, Carvalhal cuenta con hombres rápidos para la propuesta: Javi Galán en la izquierda, Carles Pérez en la derecha y Aspas y Larsen en la punta del ataque, entre otros.

Además, el juego fluido y al primer toque, buscando la portería contraria, no solo es patrimonio del contragolpe, porque el Celta también lo hizo ante el Vizela y el Brentford instalado con el balón en campo contrario, llegando por las bandas e incluso por el pasillo central. Por ahora son pruebas, cuando vuelva el fuego real de la liga será el momento de confirmar el cambio y su productividad.