La encrucijada de Mouriño

LA VOZ VIGO

GRADA DE RÍO

Oscar Vázquez

Amenazado por el descenso y con el tope salarial al límite, el Celta dispone de 10 días para buscar alternativas para fichar o mantener una plantilla en entredicho

22 ene 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

La derrota en Mallorca, que aviva la amenaza de descenso, y el inicio de la cuenta atrás para el cierre del mercado estival a diez días vista colocan al Celta en una encrucijada que debe resolver por la vía rápida: o jugarse la permanencia en el año del centenario con una plantilla que ahora está en entredicho o buscar alternativas para poder sortear los problemas de límite salarial. De esa forma podría inscribir a algún jugador antes del 1 de febrero con el comodín de Denis Suárez como la opción más factible y, a la vez, más difícil debido a la decisión de Carlos Mouriño de no dejarle salir sin contrapartida económica a cambio.

En esta partida, Luís Campos también se juega mucho. Llegó al Celta con el aval del éxito para llevar al equipo al siguiente escalón, pero 18 partidos después, permanece anclado en el sótano clasificatorio. Los célticos han sumado 7 puntos de los últimos 33 en juego.

LA PLANTILLA

Confianza en los despachos sin correspondencia en el verde

Todos los próceres del Celta consideran que cuentan con una buena plantilla, que mejora incluso la del curso pasado. Lo dijo Mouriño, que el pasado mes de diciembre comentó que estaba más tranquilo que nunca; lo repitió Luís Campos en su única comparecencia e incluso Carlos Carvalhal aseguró antes de viajar a Mallorca que el Celta iba a firmar una segunda vuelta mejor que la primera. Sin embargo, el equipo carece de continuidad en el juego, padece un evidente problema de gol, y aunque rebajó la sangría defensiva, sigue encajando goles que le cuestan puntos y derrotas. A día de hoy, la teoría de que los celestes habían mejorado su plantilla está en cuarentena.

EL MERCADO

Los cálculos del límite salarial y la necesidad de refuerzos

Carvalhal sostuvo a lo largo de todo el mes de enero que le gustaría contar con un jugador que pudiese mejorar la plantilla y Luís Campos incluso apuntó el perfil de un atacante desequilibrante y con uno contra uno. Frente a esta situación, el club sostuvo en todo momento que no habría fichajes al carecer de límite para poder incorporar a un jugador, teoría a la que se apuntó el entrenador esta semana aun sin perder la esperanza en Luís Campos. En esa tesitura, solo quedan dos caminos: o buscar alguna alternativa activando alguna de las famosas palancas (aunque los vigueses no quieren hipotecar sus activos), o utilizar la baza de Denis Suárez, cuya salida podría liberar una importante cantidad de dinero.

NOMBRES PROPIOS

La reputación de Campos y la palabra de Mouriño

Aunque Luís Campos está avalado por sus éxitos en el fútbol francés, en el Celta se está jugando un pedazo de su reputación. El luso fue el arquitecto de un cambio radical en la plantilla cuyos resultados están muy lejos de lo esperado, con muchos jugadores por debajo del nivel que se les presuponía. Campos debe ser le primer interesado en corregir la situación y reforzar la plantilla parece el camino más recto para conseguirlo. En este escenario, Carlos Mouriño se ha convertido en la pieza clave del puzle. Primero, porque es el presidente y tiene la última palabra en todos los movimientos, y uno de ellos afecta a su firme decisión de no dejar salir a Denis Suárez sin traspaso. Siempre que ha mantenido un pulso el presidente se ha mostrado inflexible y nada apunta a que vaya a cambiar de parecer en esta ocasión.

ENTRENADOR

El efecto Carvalhal se diluye

Hasta el momento, el único movimiento que realizaron Mouriño y Campos fue el cambio de entrenador, pero el efecto Carvalhal se diluye sin que el equipo remonte hasta la zona tranquila. La mejoría defensiva no le alcanza para ganar partidos y el gol depende en exclusiva de Aspas y Gabri Veiga. Demasiados problemas en el año del centenario.