El portero mosense dice estar «enamorado» del club vigués, pero también destaca que en el Olympique vivió «un año maravilloso»
29 jun 2023 . Actualizado a las 18:51 h.El portero Rubén Blanco, que la pasada temporada jugó cedido por el Celta en el Olympique de Marsella, eludió este jueves responder si el curso 2023/2024 continuará en Francia o regresará a Vigo para quedarse y pelear por la titularidad con Iván Villar. El canterano, que este sábado será premiado por el Círculo Recreativo do Porriño, acompañó a Denis Suárez en la presentación de su campus, con el que colabora, así como con la escuela de su compañero, a cuya sección de porteros da nombre.
El mosense argumenta que todo lo que él pueda decir por el momento sobre lo que le espera ahora «son cábalas que no tienen ningún sentido». «La decisión no es mía. Este viernes 30 acabo contrato con el Marsella y el día 3 empiezo a entrenar con el Celta. Yo no creo que tenga mucho poder de decisión, será lo que el club quiera. Estoy enamorado del Celta, pero este año en Francia también ha sido maravilloso», declaró.
En este sentido, el portero, al que le restan cuatro años de contrato con el Celta, reconoció que su primera experiencia en el fútbol francés ha sido «muy buena» a pesar de que al principio tenía la «incertidumbre» de cómo le iría su etapa en Marsella. «Ha sido un año fantástico, el Marsella es un gran club y la ciudad también es maravillosa. Ahora me toca disfrutar de los días de vacaciones que quedan y desconectar, porque las temporadas se hacen muy largas», comentó.
Blanco desligó su posible continuidad en el Olympique de Marsella a la llegada del técnico español Marcelino García Toral: «Es un grandísimo entrenador, tiene una grandísima trayectoria en España, pero no creo que cambie absolutamente nada que Marcelino esté o que siguiera el míster del año pasado». Por último, mostró su ilusión por la llegada del técnico Rafa Benítez al banquillo del Celta: «Es un grandísimo entrenador, con una trayectoria increíble y muchísimos títulos. Su llegada crea una enorme expectación en el celtismo».