Cuando el juez se convierte en acusación

Xosé R. Castro FONDO NORTE

GRADA DE RÍO

RC CELTA

24 nov 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Al estamento arbitral ya no solo le sirve con mantener su tradicional corporativismo y falta de autocrítica, sino que, con el Celta, se echa al monte y el juez supremo del arbitraje español decide convertirse en fiscal para atacar veladamente a dos jugadores del conjunto vigués.

¿Qué le importa, se supone, a Medina Cantalejo si Larsen falla goles cantados o a Tapia se le va la olla en campo contrario? Un error ajeno no puede tapar otro propio y, menos, si el colegiado tiene (en teoría) una ayuda extra, no como el jugador. Además, el jefe de los árbitros nunca puede entrar en ese tipo de cuestiones y dudo mucho que se atreviera si uno de los grandes del fútbol español estuviese de por medio.

Ya puestos, sería más lógico que fuera jugada por jugada (todas las que perjudicaron al Celta) explicando el motivo de la sentencia condenatoria sistemática. Tan solo se detuvo uno de los suyos, en el penalti del partido contra el Sevilla. Para hacerse el harakiri, quién sabe si inducido por su jefe supremo.

Con actuaciones como las vividas en las primeras 13 jornadas, y con declaraciones como las escuchadas esta semana, empiezo a entender lo sufrido por el Espanyol la pasada temporada. Lo que parecían justificaciones a un año nefasto desde esta fachada atlántica, podrían ser una sucesión de «errores voluntarios» que se llevaron el proyecto perico por delante. Por eso, y en este caso, tampoco puede extrañar el silencio celeste en un intento por cambiar el rumbo de los acontecimientos. Aunque a la vista del panorama, hay argumentos para estar preparados para lo peor.