El Celta no gana ni en superioridad (1-1)

X.R.CASTRO VIGO

GRADA DE RÍO

Los vigueses fueron incapaces de remontar ante un Cádiz que se adelantó en el marcador y solo un gol de Larsen salvó un punto

04 dic 2023 . Actualizado a las 23:20 h.

El Celta es incapaz de ganar un partido. Incluso jugando en superioridad numérica durante una hora. El Cádiz salió mejor y se adelantó en el marcador, pero se quedó con diez a la media hora de partido y jugar con uno más durante 60 minutos solo le valió al conjunto de Rafa Benítez para salvar un punto. Marcó Larsen en el arranque de la segunda mitad pero la precipitación, la falta de puntería y de ideas en ataque hicieron imposible la remontada. Los vigueses no aprovecharon una ocasión de oro para salir de una zona de descenso en la que seguirán la menos una semana más. El futuro pinta cada vez más negro.

El Cádiz entró mejor al partido. Fue valiente, presionó alto, quiso el balón y acabó adelantándose en el marcador dejando la portería a cero de Mestalla en un espejismo. Lo hizo en una contra fabricada por Chris Ramos, un chaval que hace un año jugaba en Segunda con el Lugo. El gaditano recibió el balón, abrió a banda, Alejo tuvo el tiempo del mundo para centrar, Starfelt, que al final jugó pese a no entrenar en la víspera, defendió con la mirada y el delantero terminó marcando con un certero cabezazo.

El tanto fue un golpe a la mandíbula de cristal de un Celta que con la única novedad de Renato Tapia en el once no entró el partido como manda el guion de una final. Fue tímido, no asumió un papel protagonista y Larsen no acertó en dos ocasiones claras. Su primer remate, con una jugada al primer toque, se fue alto y el segundo se perdió por el lateral de la red. Ya con el 0-1 la ocasión más clara la tuvo Óscar Mingueza, pero su golpeó desde la frontal se encontró con la manopla de David Gil.

Con el equipo de Benítez atascado, en esta ocasión el árbitro le dio una oportunidad extra en forma de expulsión. Le tocó al central Víctor Chust por un agarrón a Iago Aspas cuando no estaba claro del todo que fuera el último hombre. El VAR corroboró la decisión de Gil Manzano y los vigueses se quedaron con uno más, pero solo el moañés ue capaz de poner a prueba, con un buen remate, a portero visitante. Todo lo demás fue un monólogo de balón con dos amagos de Larsen y poco más.

El Celta salió precipitado, cargado de ansiedad, con prisas y sin ideas en el arranque del segundo tiempo y a los 54 minutos Benítez soluciones con Hugo Sotelo y Carles Pérez. Poco después del movimiento llegó el empate con un centro de Manu Sánchez desde la línea de fondo con remate de Larsen llegando con todo en el segundo palo. Un minuto después, Unai Núñez, Larsen y Aspas se estorbaron con todo a favor.

El empate reseteó al Celta, que aumentó la presión, encerró al Cádiz en su propia área y consiguió que el partido se jugase casi en exclusiva en el último tercio del campo. Sin embargo, las ocasiones se resistían y la más clara la tuvo Larsen después de un servicio de Aspas pero David Gil despejó el balón con la cara.

Sergio González dio aire a un exhausto Cádiz con tres hombres de refresco a falta de un cuarto de hora y al Celta le volvieron de nuevo las prisas porque veía que el reloj engullía el partido. Máxime, con los gaditanos recurriendo al otro fútbol perdiendo tiempo en cada acción. En la recta final el Celta intentó tener el balón y moverlo con tranquilidad, pero su juego era demasiado previsible para un Cádiz bien colocado y que encontraba el reloj y el marcador como aliado. Jonathan Bamba y Mihailo Ristic lo intentaron desde lejos,

En el minuto 92 el francés tuvo la más clara con un cabezazo casi en el área pequeña a la que llegó David Gil con una soberbia manopla. Iago estaba solo esperando pero lo recibió el balón. Fue la última ocasión de un Celta incapaz de ganar en casa después de ocho partidos como local. Ya son once partidos sin ganar, demasiados para ser casualidad.