«El partido se va a jugar desde el carácter, el corazón y la cabeza»

GRADA DE RÍO

ÓSCAR VÁZQUEZ

Augusto Fernández, ex de Celta y Cádiz, habla del duelo por la permanencia

22 feb 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Augusto Fernández asegura que no se pierde un partido del Celta y que los sigue «como un hincha» del equipo, al igual que sus hijos. Como tales, también, lo pasan mal con la delicada situación que viven los célticos. Además, el partido de este domingo tiene un componente especial para la familia: el rival fue el último club del argentino antes de colgar las botas. «Todos saben lo que significa para mí el Celta y aunque en el Cádiz estuve un año y cuatro meses, le tengo mucho cariño a mucha gente. A mí, que me dejen a estos dos equipos siempre en Primera», pide.

Desde su punto de vista, «hablar de final es prematuro sabiendo cuán cambiante es el fútbol», pero sí admite que es «muy importante, clave en el plano anímico». Parte de la base de que ese aspecto, muchas veces, es más relevante que las matemáticas y acaba dando muchos puntos. «Muchas veces, más que nombres, se necesitan hombres. Y no hablo de la edad, sino de gente que asuma esas situaciones. Creo que este partido se va a jugar desde el carácter, el corazón y la cabeza y eso es lo que lo va a determinar», desgrana.

Por lo anterior, no cree que haya favoritismos derivados del factor campo, de las posiciones de cada uno en la tabla ni de ningún otro factor. «No hay ningún análisis que te lo marque, dependerá de la personalidad y el temple», añade. Y deja claro que cuando habla de estos conceptos no se refiere a «tirarse al piso o pelearse con uno, sino saber estar, saber sufrir y, a pesar de eso, tener el optimismo de que se va a lograr el cometido». Argumenta que, «más que un análisis deportivo puro y duro, el que sepa dominar estos factores tendrá más posibilidades de llevárselo».

En ese sentido, Augusto sabe que Iago Aspas es el tipo de futbolista que se requiere. «Es un líder por naturaleza, no lo tiene que forzar y, como decía, no es por edad. Él es de los que juegan para ganar y no con miedo a perder. Ahí está la clave», precisa. Sin querer faltar al respeto a otros compañeros, subraya, en el moañés ve desde siempre —compartieron vestuario en la campaña 2012/2013 y en parte de la 2015/2016— «que siente ese protagonismo y tiene ese carácter para asumir situaciones y momentos y hacerse cargo del rendimiento deportivo. Siempre aparece y para cualquier celtista, es una esperanza siempre».

Replantearse las cosas

Augusto lamenta que ver al Celta peleando la salvación ha sido «una constante en las últimas temporadas», por lo que cree que tanto ellos como el Cádiz deben «replantearse las cosas». «Pelear un año el descenso puede ser una casualidad, incluso dos. Pero en este caso hay algo más profundo que hay que analizar para saber qué se está haciendo mal y por qué. No sé lo que es porque no estoy dentro», reflexiona.

A la hora de comparar a los dos equipos que se ven las caras en el Nuevo Mirandilla este fin de semana, se fija en que «el Celta invierte mucho más en jugadores y eso es lo llamativo» cuando se mira a la clasificación. «Temporada tras temporada, ves los fichajes y presupuestos y te ilusiona con que va a ser un buen año», volviendo a que en el fútbol, para conseguir cosas importantes, «se requiere de hombres más que de nombres».

A su juicio, el equipo vigués «tiene que estar peleando por competiciones europeas» con todos los años consecutivos que lleva en Primera. «No puede ser que todos los años esté peleando abajo, no me encaja», indica. Respecto a los gaditanos, recuerda que manejan «un presupuesto más bajo y está hace menos años en Primera; aun así, ya son cuatro años que va a pelear abajo, pero lo del Celta llama más la atención».

El precedente del 2013

Preguntado por la agónica salvación del 2013, con un plantel del que formaba parte, Augusto Fernández comenta que cuanto más tiempo transcurre, más se acuerda de aquello. «Muchas veces, el futbolista y la gente solemos acordarnos de los campeonatos, de los buenos momentos. En ese caso, fue un año durísimo que coronamos muy bien y que se festejó como un campeonato bien merecido. Era el primer año del Celta en Primera y había que sacarlo adelante», rememora.

Explica que en ese tipo de escenarios es preciso «asumir, hacerse cargo y creer», porque si se guiaban por los números, aquel famoso 4 % de probabilidades de salvación que tenía el equipo a falta de dos jornadas, estaban abocados a tirar la toalla. «Sí íbamos a las matemáticas, estábamos hundidos. Pero hay cosas que trascienden todo eso: la mente, el espíritu. Hay que querer y creer. Asumimos bien lo que teníamos que asumir y ojalá este año vuelva a ser así, como el año pasado y alguno anterior».

En todo caso, dice que por la calidad y cantidad de jugadores, aquel año era «más entendible estar abajo» que ahora. También por eso, cree que hay que ser optimistas. «Cuando hay calidad o buenos jugadores, como hincha te animas a creer más». Él confía en un Celta que siga en Primera el próximo curso.