Del primer día en la oficina a los retos

LA VOZ VIGO

GRADA DE RÍO

Oscar Vázquez

Claudio Giráldez tuvo una cálida acogida en su estreno, pero ahora le toca recuperar jugadores, activar al equipo e implantar una idea antagónica

14 mar 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Claudio Giráldez cambió de ala en la ciudad deportiva del Celta. Dejó la burbuja del filial y cruzó el pasillo, no para saludar a Iago Aspas como todas las mañanas, sino para entrar en el vestuario del primer equipo acompañado de Marco Garcés, el director de fútbol. Fue a primera hora de su primer día, minutos después de que Rafa Benítez se despidiese de la que fue su plantilla en los últimos ocho meses. Marián Mouriño, la presidenta, también se pasó toda la mañana en Mos, aunque no estuvo presente en el acto de presentación.

El nuevo responsable técnico del primer equipo aprovechó el tiempo. Tras la oportuna presentación, dejó varias pinceladas de su idea de fútbol a su nuevo plantel, pulsó el estado de anímico en una liga de lo más complicada y comenzó la ronda de consultas particulares, alguna de las cuales se pudo ver sobre el campo, como la de Carles Pérez, uno de los casos perdidos que le toca recuperar para la causa de la salvación. «Sabemos que tiene una mejor versión y espero sacarla, la suya y la de los demás», comentó el entrenador, que reconoció: «He intentando hablar con el máximo número posible de jugadores, pero este último día y medio es de locos». De todos los contactos sacó el dato más importante: el recibimiento y la actitud han sido de lo mejor.

Recuperar a todos los jugadores es el primer paso para comenzar a dejar su sello en el equipo. De entrada, establece dos fases: una de cuatro días para visitar al Sevilla y otra posterior, aprovechando el parón antes del partido del Rayo.

«De momento, pensamos en el Sevilla, que está en una situación clasificatoria cercana, pero que tiene un equipazo que está mejor y más estable con Quique (Sánchez Flores). No tendría, por presupuesto, que estar en esa posición», comentó el nuevo entrenador al tiempo que descartaba una revolución a corto plazo: «No podemos volvernos locos ni entrar como un elefante en una cacharrería, debemos aprovechar las cosas que se hacen bien y darles nuestro matiz».

Los cambios, el lunes

Los cambios quedan para el lunes. «Después del partido con el Sevilla, sacaremos conclusiones», comentó. Entonces, tendrá dos semanas para preparar el único partido que les espera en un mes debido a que tras la visita del conjunto de Vallecas habrá otro receso de quince días por la final de la Copa del Rey. Le dará tiempo (casi) a una minipretemporada, aunque en las dos próximas citas se juega mucho.

Tomando como referencia estas pistas, todo indica que el Celta del Pizjuán será un equipo de transición en lo táctico y que la puesta de largo real será el primer partido en Balaídos, previsto para el 31 de marzo. Dos finales para un entrenador de cantera que cambia de vestuario con la intención de quedarse. La puerta del fútbol formativo se cerró definitivamente para él y ahora le llega la hora de la verdad. El Celta se juega la vida y Claudio Giráldez el futuro en el fútbol profesional.