En su momento, cuando estaba en El Olivo, ya se barajó la opción del Celta femenino, sobre todo cuando subimos a Primera y necesitábamos el respaldo de un club detrás. Se frustró, creo recordar que por una tontería, y es una espinita clavada que tenía, porque creo que con ese apoyo, aquella aventura hubiera llegado más lejos. Es cierto que han tardado, pero lo importante es que haya llegado y estoy feliz de que sea así. Era algo necesario y que va a ayudar a las niñas de la zona practiquen fútbol y tengan un club al que soñar llegar.
Me sorprende que empiecen tan abajo, pero es un paso que había que dar y me alegro de que se haga con una presidenta al frente del club. Estoy deseando que crezca y que pronto podamos tener un equipo vigués en las categorías nobles del fútbol femenino.
Me gustaría mucho que estuviera liderado por exjugadoras con grandes dotes de entrenadoras que hay en la zona, que estuvieran ahí enroladas exfutbolistas que han vivido la cima y sufrido la caída y que sería muy importante que estuvieran en el proceso.