Jú, el «niño soñador» de Guinea-Bisáu que cumple vestido de celeste aquel sueño

GRADA DE RÍO

Jú, rodeado por Nacho Oliveira, Roi Tato, Óscar Gil y Álex Millán, celebrando el pase a la final por el ascenso a Segunda Federación.
Jú, rodeado por Nacho Oliveira, Roi Tato, Óscar Gil y Álex Millán, celebrando el pase a la final por el ascenso a Segunda Federación. M.MORALEJO

Ivaldine da Silva Pereira, de 22 años, ha deslumbrado en el play-off del Celta C Gran Peña, que peleará el domingo el ascenso con el Salamanca UDS

20 jun 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Ivaldine da Silva Pereira Pinto, , nacido en Guinea-Bisáu en el 2002, está terminando su tercera temporada en el Celta C Gran Peña. Formó parte del plantel que logró el ascenso a Tercera hace dos años, del que casi se mete en el play-off hace uno y, con más protagonismo y mejores sensaciones que nunca, en el que ha alcanzado la final de esa promoción por el ascenso a Tercera. «Ojalá poder hacer la pretemporada con el Celta Fortuna. No sé nada, no tengo iformación, no me han llamado», asegura el que apunta a ser uno de los elegidos.

El periplo hasta aquí no ha sido fácil. «Mi país es otro mundo completamente distinto», compara con la vida en Europa. Pero eso no quita para que sus recuerdos de infancia sean maravillosos: «No los cambio por nada». Fue hace un lustro cuando tuvo la oportunidad de salir para cumplir un sueño, ganarse la vida con el deporte que comenzó a practicar a los siete años. «Fue a través de Julio Vázquez, que tiene un convenio con a academia donde yo jugaba. Siempre les estaré agradecido a él y a Wilson, el encargado de mi academia», indica. Allí, de niño, comenzaron a apodarle Jú: «Era enano, así que mis compañeros me llamaban Júnior y quedó Jú».

Jú, jugando en su país natal antes de dar el salto a Europa.
Jú, jugando en su país natal antes de dar el salto a Europa.

Aterrizado en España, la adaptación fue costosa y los obstáculos aparecieron desde el principio. «Pasé un año sin poder jugar con el Choco de Liga Nacional Juvenil por temas de papeles y cuando ya podía, llegó el parón del covid y tampoco jugué», lamenta. Después sí tuvo oportunidad de participar en División de Honor y de allí pasó al Atlético Onubense en su primer año sénior. Solo estuvo tres meses antes de recibir la llamada del Celta. «En la primera temporada, ascendimos; en la segunda, estuve jodido con una lesión y en esta, está saliendo todo bien. Ojalá continúe», ansía.

Se siente a gusto en Galicia, con un clima «casi igual que en Guinea-Bisáu, donde llueve mucho». Pero lo más difícil, sin duda, es estar lejos de los suyos. «Llegué siendo un adolescente de 16 años que se separa de sus padres. Llevo cinco años sin verlos, solo hablando por el móvil, y es duro», reconoce. Siempre tuvo su respaldo en esta aventura. «Me apoyaron por ser mi sueño y porque la vida allí es muy difícil. Ante una oportunidad como esta, no se iban a oponer. Todo padre desea que cojan a su niño de allí para cumplir su sueño y yo era un soñador más».

Durante su etapa en el Choco, rodeado por Facu Moreyra, Hugo Sotelo y Mario Cantero.
Durante su etapa en el Choco, rodeado por Facu Moreyra, Hugo Sotelo y Mario Cantero. CD CHOCO

Desde España, también echa una mano a su familia -tiene un hermano mayor y otro menor-. «Siempre da, con lo que tenga, me va a alcanzar siempre para eso. Aunque ganara cinco euros, dos serían para ellos y tres para sobrevivir», ejemplifica. Además, más allá de jugar al fútbol no ha renunciado a formarse académicamente. «Vine con un certificado de enseñanza de allí que lleva años convalidar. Empecé la ESO para adultos, en Huelva, la aparqué al volver y hace dos años que lo retomé», detalla este joven que vive con otros compañeros que vinieron a jugar en clubes como Alondras o Areosa.

Orgulloso de sí mismo y de todos

Jú no quiere entrar en las polémicas arbitrales de la ida ante el Salamanca UDS y asegura que el equipo «sigue igual, con la misma ilusión de ascender». Asume que «el fútbol es así, con días buenos y malos y añade que lo que les preocupa es intentar sacar el próximo partido y lograr subir. «Contra un equipo hecho para ascender, estuvimos en inferioridad muchos minutos y nos supimos adaptar a las circunstancias. Estoy muy orgulloso del equipo», señala.

El centrocampista señala que están centrados en este último partido de la temporada y que jugar en el Helmántico «no da miedo, pero sí respeto y motiva». Está convencido de que el ascenso sigue siendo posible pese a jugar allí e ir con un resultado adverso. «Lo tengo claro. Pudieron cerrar la eliminatoria y no lo hicieron. El fútbol pasa factura a veces y nosotros vamos con confianza». Eso les transmite su técnico, Luis Bonilla. «Es un tío optimista, cree en nosotros y estamos a muerte con él», subraya.

En Barreiro, frente a la UD Ourense hace un par de semanas.
En Barreiro, frente a la UD Ourense hace un par de semanas. M.MORALEJO

El céltico admite que este equipo pasó un bache en el que se juntaron el cambio de entrenador y la decisión del Celta de no prolongar el acuerdo con el Gran Peña. «Son decisiones del club y nos toca hacer frente. Pasamos una mala racha, pero supimos superarlo con trabajo. Son golpes que te llevas a los que el equipo supo reaccionar y aquí estamos», apunta sobre una vuelta de la final por el ascenso que está ansioso por que disputar: «Estoy deseando que llegue. Esta semana se hace larga», confiesa.

Pase lo que pase, la campaña será un éxito a ojos de Jú . «Todos en el equipo estamos muy orgullosos de la temporada que hicimos y el ascenso sería a cereja do bolo —dice en su lengua, portugués, el equivalente a la guinda del pastel—». En lo personal, considera que ha ido de menos a más, como la temporada pasada, pero entonces una lesión había frustrado su evolución. «Ahora, estoy acabando de la mejor forma posible. Me está gustando mucho, me siento orgulloso del trabajo que hice y del de todos».

Jú dice que conocía el Celta por televisión y que para él pertenecer a un club como este es algo increíble. «Es un gran club y con eso basta para tener la ilusión de despertarte por la mañana y subir a entrenar. Jugar en el Celta es la hostia», proclama. Muy contento con Luis Bonilla, de Fredi Álvarez dice que «la renovación (con el B) es muy merecida para él y para su staff», que le han hecho «un futbolista mejor», que ha aprendido mucho de su mano.

La temporada pasada, durante un compromiso con el Celta C Gran Peña.
La temporada pasada, durante un compromiso con el Celta C Gran Peña. XOAN CARLOS GIL

Pero sus agradecimientos no se quedan ahí. «No quiero olvidarme de nadie, estoy agradecido a mucha gente desde que llegué, pero el primero que me tendió la mano fue Alberto Suárez», dice del actual entrenador del Celta Juvenil A y que le dirigió en el Juvenil del Choco, su puerta de entrada a España y a Galicia. El primer capítulo de un sueño que desea que tenga uno nuevo celeste el curso que viene.