Iago Aspas y los dos mundos del Celta

X. R. C. VIGO

GRADA DE RÍO

El capitán jugó los últimos 20 minutos y con un gol y su juego, equilibró (2-2) un partido que comenzó ganando el Benfica por dos goles

14 jul 2024 . Actualizado a las 20:36 h.

Iago Aspas no necesita pretemporada, o al menos eso es lo que parece. Si alguna conclusión sacó Claudio Giráldez del amistoso en Portugal con el Benfica es que hay un Celta con el moañés y otro sin él. Nada nuevo en la última década en Vigo. Iago, con su gol en el primer balón que tocaba nada más entrar, a falta de 20 minutos, y con su juego y espíritu, llevó al equipo vigués al empate (con un gol de Pablo Durán) en un partido en donde el subcampeón portugués fue mejor en la primera mitad y se fue al descanso con una renta de dos goles, ambos del griego Pavlidis.

El Celta, como se esperaba, comenzó la pretemporada en modo diésel y sin puntería. Claudio Giráldez quería ver a Sergio Carreira en el carril derecho, a Carles Pérez en el izquierdo a pierna natural, a Jonathan Bamba cambiando de banda en el ataque y a Mihailo Ristic como central, pero el serbio volvió a evidenciar que es un jugador de cristal y a los ocho minutos, pidió el cambio.

Poco después, el Benfica, más enchufado y con mucha calidad, aprovechó un innecesario penalti de Jailson para adelantarse en el marcador pese a que Iván Villar le adivinó el lado y llegó a tocar el balón. Marcó el griego Pavlidis, que demostró que la diferencia entre los dos equipos estaba por encima de todo en la puntería.

Porque con el 1-0, el Celta aceleró un poquito, dio un paso adelante en la presión en campo contrario, se hizo con el balón ante un rival replegado y tuvo ocasiones para haber empatado. La más clara, tras un fallo lisboeta en la salida de balón, la tuvo Bamba, pero su remate en el mano a mano con el portero salió alto. Un minuto después, Pavlidis le puso deberes a Claudio: el delantero recibió a la espalda de los tres centrales tras un buen servicio de Neres y batió a Iván Villar con maestría.

Con el 2-0, el Celta pudo acortar distancias en una doble oportunidad de Tasos Douvikas y Sergio Carreira, pero en ambos casos, el portero Samuel Soares respondió con buenas paradas. Bamba, con un tiro que se fue alto, también la tuvo. Y Carles Pérez, incómodo jugando en su lado natural, cerró el cupo de ocasiones con un tiro duro, pero a media altura, que atrapó el meta local en tres tiempos. En este primer tiempo, al Celta le faltó continuidad en el juego y un punto más de combinación y velocidad, algo imposible con 10 días de entrenamiento.

Celta y Benfica refrescaron por completo sus onces en el descanso. Giráldez hizo debutar a Marc Vidal en la portería —dos buenas paradas y una mala salida— y a Miguel Román en el centro del campo. También metió como nueve de referencia a Pablo Durán, y a Franco Cervi, que jugó 20 minutos, en la banda derecha. Los lisboetas metieron en el campo a muchos de sus talentos en ciernes, entre los que destaca el noruego Schjuelderup, que tuvo el tercero en un tiro cruzado que salió a un par de centímetros del palo largo.

Porque en ese inicio de segunda mitad, el Celta tenía más el balón, pero apenas llegaba al área rival y, por el contrario, el Benfica se mostraba como un equipo más dinámico y con más facilidad para asustar. Hasta que salió Aspas. Fue el último cambio celeste, en el minuto 68, y en 69 ya había marcado. Recibió en la frontal del área, en la media luna, y con la derecha dibujó un disparo imposible para el meta rival. Nada más marcar, fue a recoger el balón al fondo de las mallas y activó al equipo vigués, que tardó cuatro minutos en empatar en una jugada en la que también intervino el 10 y que acabó con un tiro cruzado al fondo de las mallas de un activo Pablo Durán.

El tomiñés y el moañés fabricaron el que pudo ser el tercero, que acabó sin entendimiento en el último pase. También erro Swedberg en un balón al espacio y la tuvo Aspas con un tiro desde el corazón del área que salió a un palmo de la portería. Al mismo tiempo, y en la otra portería, Marc Vidal demostró por qué está en Vigo con dos buenas manos para sellar unas tablas que son secundarias, pero que confirma que la vida sigue igual en Vigo: Iago Aspas y diez más.