El club pagó un millón por un jugador que se fue libre sin haber debutado tras dos cesiones
06 ago 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Julen Lobete, que acaba de desvincularse del Celta, ha sido un futbolista completamente atípico en su relación con el equipo vigués. El 26 de julio del 2022, el club hacía oficial su fichaje; lo presentaba como refuerzo para el filial, con el que tendría ficha las dos primeras campañas de las cuatro que firmaba. Sin embargo, en Vigo fue visto y no visto y solo dos días después, se oficializaba su cesión al RKC Waalwijk neerlandés. En este tiempo, su único contacto directo ha sido la reciente pretemporada.
El verano de su fichaje, el joven atacante vasco apenas pisaba Vigo para firmar su contrato —sí hubo foto que dejó constancia del momento— y al años siguiente, aparentemente, ni siquiera eso. Finalizado su paso por la Eredivisie, la historia prácticamente se repitió y encadenó una segunda cesión, de nuevo antes de llegar a comenzar la pretemporada. Fue el 30 de junio del 2023 cuando se anunció su marcha al Andorra, con el que jugó en Segunda División el curso pasado, cuajando un buen año.
Ya este verano, cuando por contrato pasaba a tener ficha del primer equipo, sí fue convocado para iniciar la pretemporada. Pudo conocer las instalaciones de la Cidade Deportiva Afouteza, compartir varias semanas con los demás célticos y ponerse a las órdenes de Claudio Giráldez, pero desde el principio estuvo claro que el porriñés no contaba con él y la semana pasada se anunció su desvinculación.
Sin ningún rédito
Así, la de Julen Lobete ha sido una operación extraña a la que el club vigués no ha sacado ningún rédito. Porque aparte de no aprovecharlo lo más mínimo en el ámbito deportivo, la entidad viguesa pagó por él un millón de euros y acabó yéndose libre.
Fue una apuesta realizada durante la etapa en que Luís Campos ejercía de asesor deportivo externo del Celta, con Eduardo Coudet como entrenador del primer equipo y Claudio Giráldez del filial, si bien nunca llegó a ser contemplado para incorporarse a uno ni a otro. La idea parecía poder venderlo en el futuro, pero la realidad no tuvo nada que ver.
En la historia reciente del Celta no se ha dado ningún caso similar. Ha habido ejemplos de marchas en el mismo mercado en el que llegaba el jugador en cuestión, pero no sin haber entrenado antes con el equipo del que es propiedad y posponiendo el momento de hacerlo por primera vez casi dos años.
Otros que no debutaron
Lo que sí se ha producido más veces es que el club se haya desprendido de jugadores sin que estos llegaran a debutar en partido oficial. Porque el más reciente, Álvaro Vadillo, sí vistió de celeste en partidos amistosos, a diferencia de Lobete. Fue en el verano del 2020, cuando no convenció en absoluto a Óscar García Junyent y se fue cedido al Espanyol para no volver.
También se marchó en el mismo mercado en que había llegado Marko Pantelic, en el verano de 1999, cedido tras disputar varios amistoso, pero sin billete de vuelta. Dos años más tarde, Manuel Almunia, también fue visto y no visto y, aunque no se desvinculó hasta el 2004, encadenó préstamos y nunca defendió la celeste en partido oficial.
Otros cuatro jugadores abandonaron el club sin debutar, pero no en el mismo mercado en el que fueron incorporados, mismo caso que Lobete. El caso más llamativo, por su trayectoria posterior, es el de Carlos Vela, que aterrizó en Vigo con un plantel donde no tenía sitio por estar cubiertas las plazas de extracomunitarios en la temporada 2005/2006. La lista de los no debutantes recientes se completa con Zoran Djorovic, Mikel Antía y Luis García Conde.