
Sus números como mejor entrenador celeste del siglo, su propuesta de juego y la apuesta por la cantera encandilan a una afición que corea su nombre
24 ago 2024 . Actualizado a las 23:15 h.La temporada solo acaba de comenzar, pero ese inicio ha sido muy parecido a lo que cualquier celtista, incluido el propio Claudio Giráldez, podría haber soñado. Cuando en marzo se optó por el porriñés para relevar a Rafa Benítez, se hizo caso del clamor popular que confiaba en él para dar el salto tras dos temporadas sobresalientes en el B más unos cuantos años más trabajando en la cantera. Pero lo que pasara a partir de ahí era una incógnita que por el momento se está despejando de la manera más satisfactoria para el Celta.
El arranque del actual técnico ya es el mejor de un entrenador celeste en este siglo. Con la victoria ante el Alavés de la primera jornada empataba con Berizzo a 20 puntos en once partidos, pero al ganar al Valencia, son 23 en doce citas, mientras que el Toto perdió en su duodécimo partido y, de hecho, comenzaba ahí la racha que casi le cuesta el puesto en su primera temporada.
Los datos de Giráldez son especialmente buenos en Balaídos, donde más allá de las dos citas sumando de tres en este arranque liguero, no conoce la derrota desde que se hizo cargo del equipo. La temporada pasada, sus números como local fueron de tres victorias y dos empates, sin empezar nunca ganando, eso sí —la única vez que lo hizo fue como visitante, en Granada—. Solo en su estreno en casa, frente al Rayo Vallecano, la afición se quedó sin ver un gol local -ni visitante: 0-0-.
El viernes, varios momentos del partido, el celtismo coreó su nombre. De la misma manera, rara es la rueda de prensa en la que el porriñés no se deshace en elogios para su hinchada. Habla del celtismo en primera persona del plural y así lo siente la afición. Sus resultados y su apuesta por la cantera le avalan.