
El entrenador del Celta dice que el tropiezo ante el Leganés les «pone los pies en la tierra», que se dispararon un tiro en el pie y que es para «pedir disculpas»
27 oct 2024 . Actualizado a las 17:00 h.El entrenador del Celta, Claudio Giráldez, se ha mostrado muy crítico con la segunda parte de su equipo en el partido frente al Leganés en Butarque, en el que cayeron 3-0 tras haber llegado sin goles al descanso. «Hasta el 1-0, hemos sido superiores, ha pasado l que queremos, pero a un equipo que juega a defenderte y contraatacar, le regalas el primer gol y te vuelves locos faltando 30 minutos, jugando a una cosa que no solemos hacer», señalaba, considerando que la sensación es que se dispararon «un tiro en el pie» a ellos mismos.
El porriñés repitió que con el 0-0 «el equipo se ha gustado de más, con pases horizontales en vez de querer hacer daño a un equipo que te va a penalizar cualquier error que cometas y lo ha hecho». Admite que se marcha de Butarque «frustrado» y entiende que «la reacción tras el 1-0 es para pedir disculpas», pues valora que estuvieron «muy mal». Del tercer gol apunta que es «volver a las andadas con un centro lateral mal defendido».
La conclusión que saca es que este tropiezo les «pone los pies en la tierra» y les muestra a las claras que «hay mucho que mejorar». «Ojalá mantener la línea de la primera parte ante un equipo difícil que nos ha llevado el duelo a pares. Estamos en un momento en que no estamos haciendo daño en esa definición final. Hay que seguir trabajando y poner los pies en la tierra», repetía. Considera que con las veces que llegaron a último tercio de campo, debían haber creado más ocasiones. «Llegando mucho en ventaja o igualdad numérica, no hacemos daño y en inferioridad numérica en ataques nos han acabado de matar».
Giráldez califica la última media hora del partido de «desastre» sobre el que deben «hacer examen de conciencia». Cree que tras el 1-0, un «regalo», debían haber «confiando en lo que venías haciendo bien y te había llevado a dominar el partido», pero no fue así. «Llevábamos tiempo sin dudar de lo que hacemos. Nos hemos vuelto locos. Hemos querido atacar como un equipo que no somos y no estamos preparados para ser», con despistes impropios de la categoría, añadía.
Se mostró especialmente descontento con la actitud del equipo tras verse por detrás en el marcador. «Hemos estado fuera de lo que merece un partido de esta competición y con dos errores no te llevas réditos de puntos en Primera», llegando a señalar que jugaron con «un aire de superioridad que no toca», gustándose «en pases cortos sin sentido, sin querer hacer daño antes del gol y en una pérdida, marcan». En ese momento, repite, se volvieron locos «pensando que quedaba menos tiempo de lo que quedaba» en realidad. Parte de que si fallas, la manera de solucionarlo es «seguir confiando» en lo que venías haciendo.
El preparador céltico está convencido de que este Celta, a su nivel, es «capaz de dominar a cualquiera», pero so baja el pistón, da al traste con lo hecho antes, como ha pasado este domingo. «Si bajamos un 1 %, somos un equipo vulnerable que encaja. En esta categoría, si no estás bien y te despistas, te hacen un gol en un segundo. Si te gustas y no estás certero, a la mínima, te van a penalizar. Ha habido un equipo antes y otro después del 1-0 y hay que intentar que el equipo sea la primera versión».
Aunque sin quitar mérito al «planteamiento y al trabajo» del Leganés, cree que la derrota es más demérito de su equipo. «Los cambios les dieron energía, sabíamos que los estaban reservando para cuando el partido se podía romper más. Nos doy más demérito a nosotros, que en la primera parte hemos tenido el control en situaciones de pares y pocas pérdidas, llegando de manera inteligente», pero, recordaba, sin acertar en el tiro o la definición.