El defensa del Rayo Vallecano, hijo el excéltico Sergio, vive sus primer curso en el fútbol profesional, esperando su oportunidad
10 ene 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Pelayo Fernández es vigués. «Sí, sí, lo pone el DNI», confirma el hijo del excéltico Sergio Fernández, que vivió sus tres primeros años en la ciudad y sabe de boca de su madre que su guardería se llamaba Meniños. Pero más allá del aquella estancia en su primera infancia, el actual futbolista del Rayo Vallecano y su familia siempre han mantenido vínculos con la que fue la tierra de adopción de la familia Fernández Balboa durante tantos años. Y para el menor de los dos hermanos -el otro, Aitor, dejó el fútbol hace tiempo- tener al Celta enfrente de su equipo, como ocurrirá en la noche de este viernes, siempre es especial. Vive un año de transición y aún no ha debutado en liga, pero su enfoque es optimista.
-Pasó en Vigo sus primeros tres años, pero su familia siempre ha mantenido esa conexión, ¿no?
-Sí, yo era muy pequeñito, creo que el hospital donde nací ya ni existe (risas). Pero después, mis padres volvían mucho a ver amigos y siguen volviendo. A la familia nos gusta mucho Vigo, estamos muy a gusto. Es una ciudad que nos trae buenos recuerdos.
-Hace unos meses, jugó en Balaídos con el Barcelona B y recreó con su hermano y su padre una foto de ambos con él en el mismo campo. ¿De quién fue la idea?
-Cuando salió el calendario, ya vimos que justo era la última jornada y pensamos seguro que había cosas en juego. Fue una alegría que nos jugáramos los dos puestos de play-off y que pudiera venir toda mi familia: mis padres, mi hermano, mi abuela… La foto fue un recuerdo bonito, sobre todo para mi padre, que volvía a Balaídos. La idea fue mía, dije que si todo salía bien, lo hacíamos al acabar y quedó muy chulo. ¡Pero ya no estamos para que nos coja en brazos!
-¿Qué le cuenta su padre de aquella época en el Celta?
-Estuvo seis o siete años y le guarda mucho cariño. Fueron temporadas buenas, jugando Champions, con un equipo muy bueno y también fue padre por segunda vez ahí.
-¿Y usted ha seguido al Celta de manera especial por ese vínculo familiar?
-Sí, siempre. Me hace ilusión ver a los equipos donde estuvo mi padre y cómo les va la temporada. Este año, el Celta está haciendo un papel muy bueno, creo que juega un fútbol muy vistoso que a la gente le gusta ver y que ha mezclado la veteranía de Iago (Aspas) con gente que viene del filial y que lo está haciendo bien.
-Ahora que mencionaba a Aspas, contó su hermano a La Voz que tienen relación con él por el gusto común por los coches a raíz de ser compañeros Sergio y Jonathan Aspas.
-Sí, tanto él como nosotros somos enfermos de los coches, compartimos esa afición. Primero empezó con mi padre y yo seguí la tradición en casa. Estuve hace dos semanas con Iago en Madrid y es una persona excelente, muy cercano y muy humilde a pesar del jugador que es.
-Usted es del 2003. ¿Qué le parece la generación del Celta de ese año que está en el primer equipo?
-Cuando estaba en el Sporting hace años, nos enfrentamos muchas veces, pero al irme al Barcelona, no tanto. Me acuerdo, sobre todo, de Damián (Rodríguez). Ahora, los cuatro (Hugo Álvarez, Hugo Sotelo, Javi Rodríguez y Damián) están haciendo un papel increíble, ser tan jóvenes, que el míster les dé confianza y ellos respondan a un nivel impresionante es de admirar por las dos partes.
-¿Pueden ser un espejo para otros jóvenes como usted?
-Sí, exacto. Cada día hay más jóvenes que vienen pisando fuerte. El Celta es un caso y también se puede ver en el Barça, que saca canteranos que dan la talla. Dando oportunidades a los jóvenes, se pueden conseguir los objetivos.
-Vallecas es un campo maldito para el Celta. ¿Cómo ve este partido?
-Pues no lo sabía, pero espero que siga la racha. Creo que los dos equipos llegamos en buena dinámica, que jugamos un fútbol muy distinto, pero los dos muy válidos. A ver cómo se da, pero Vallecas es un campo muy complicado, sacamos muchos puntos en casa y a disfrutar de un partido que seguro que está chulo.
-¿Le ha comentado algo Sergio a propósito de este partido en concreto?
-Que lo disfrute, sobre todo. Él no es de comentar mucho ni dar muchos consejos, Siempre se ha mantenido muy al margen y me ha dicho que es mi vida y que decido yo, aunque me pueda dar alguna opinión. Lo hace muy bien en ese sentido.
-¿Y para usted es especial que su equipo se mida al Celta?
-Sí, igual que el año pasado, mucha. Me pasa como cuando jugaba con el Osasuna B, son clubes donde ha estado mi padre, que he vivido allí y me hace ilusión. Son fechas que vas marcando y que vives con ilusión.
«No esperaba esta oportunidad en un equipo de Primera»
Pelayo Fernández va paso a paso y con calma, como le pide su técnico, Íñigo Pérez. Está feliz y valora su crecimiento, aunque no esté participando. Por eso no contempla moverse de Vallecas en este mercado, sino trabajar para seguir teniendo oportunidades en el mismo Rayo.
-Aún no ha podido debutar en liga. ¿Cómo vive este primer año en el fútbol profesional?
-Acababa en el Barça, tuve varias posibilidades y el Rayo fue una opción muy interesante para mí. Me transmitieron mucha confianza y es verdad que de momento están siendo seis meses en los que no estoy jugando pero, aunque suene a tópico, estoy muy contento. El vestuario es una familia, soy muy joven y ya llegarán los minutos.
-Sí pudo jugar en las primeras eliminatorias de Copa.
-Sí, el míster no dijo que aprovecháramos todos los minutos que nos diera y creo que fue lo que hice. Fue una pena el último partido, que tuve una lesión, pero ya estoy recuperado.
-¿Contaba con tener una oportunidad en un equipo de Primera tras acabar en el Barça B?
-Es un salto muy grande y no, no lo esperaba, pero se dio la circunstancia y estas oportunidades pasan una vez en la vida y hay que cogerlas.
-¿Se plantea salir cedido este mercado en busca de minutos?
-Hablando con el club, tanto su intención como la mía es seguir. Quieren que continúe porque he mejorado mucho desde que llegué, me adapté bien, el equipo me ha acogido muy bien. Tenemos un entrenador muy joven y cuando fue jugador, también pasó por esa época de estar empezando. Nos pide calma, cree mucho en los procesos de adaptación.