María Nogueira: «A nivel interno, el objetivo siempre fue ascender y es por lo que luchamos»

MÍRIAM V. F. VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

Xoán Carlos Gil

La compostelana, celtista desde niña y la «resistencia» viviendo durante años en A Coruña, no dudó en decir que sí a As Celtas y hoy es su máxima goleadora

31 ene 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

María Nogueira (Santiago, 2000) es un caso atípico en As Celtas. Compostelana, vivía en A Coruña y no conocía de antes ni a Vicky Vázquez ni a ninguna de sus compañeras. Pero, aparte de la posibilidad de sumarse al primer proyecto femenino de un club profesional como el Celta, hubo otro aspecto clave para que aceptara el reto: es celtista desde niña. Y a día de hoy, la máxima goleadora del equipo femenino, que mañana se enfrenta al Lóstrego.

—Llegó a As Celtas tras una larga etapa en el Victoria. ¿Fue complicado tomar la decisión?

—Sí, por esa parte, fue difícil. Estudié en A Coruña, llevaba mucho tiempo viviendo allí y era mi segunda casa, mi zona de confort. Pero cuando me llamó el Celta, me lo pensé muy poco, no podía dejar pasar esa oportunidad, es de esas que no puedes rechazar. Prácticamente, hice las maletas y me vine; vivo en Pontevedra para compaginar con mis estudios.

—Y el calendario quiso que debutara contra sus excompañeras. ¿Cómo lo vivió?

—Fue raro, pero a la vez me gustó, ya no solo porque yo jugase en Balaídos, sino porque mis amigas también y me hacía ilusión por ellas también, verlas llegar tan contentas e impresionadas por el campo. Se hizo raro porque semanas antes estaba entrenando con ellas y ahora las tenía en contra. 

—¿Había coincidido antes con Vicky Vázquez?

—No. Yo me tiré a la piscina, porque no conocía absolutamente a nadie. Sabía de sus trayectorias, pero no había coincidido en un vestuario ni con ella ni con ninguna jugadora, no tenía trato, no había de quién tirar. Eso lo hizo más difícil al principio, pero es el peaje que tienes que pagar al principio y ahora, genial. Pasan los días, compartes experiencias, momentos buenos y malos, viajes en autobús, comidas... Todo eso une. Son muchas horas juntas, siempre digo que a algunas las veo más que a mis padres. Somos un grupo muy compacto y el éxito también viene de ahí.

—Cuando supo de la creación de As Celtas, ¿imaginaba que contarían con usted?

—No. Yo siempre fui del Celta, porque soy de Santiago, pero tengo mucha familia en Vigo y siempre me tiró. De hecho, en A Coruña era la resistencia, con todas mis amigas del Deportivo y yo resistiendo. Ya me hacía ilusión que se creara el equipo femenino, era casi una necesidad, y más, que me llamaran, porque nunca lo pensé. Además, la llamada, directamente de Vicky, fue curiosa: estaba en un festival de música y me quedé como bloqueada, pero cuando reaccioné, al minuto, ya había tomado la decisión. No dudé nada. Después, ya lo comenté con mis padres y mis amigos y todo el mundo me dijo que era una oportunidad única.

—¿Qué balance hace hasta ahora?

—Mi caso personal va asociado a lo colectivo. Al principio, éramos nuevas, no nos conocíamos y necesitamos un proceso de adaptación, y a mí me pasó lo mismo. Los principios cuestan y fue progresivo, ahora estamos en un punto bueno, sabemos cómo juega la compañera de al lado y qué necesita. Cuando un equipo sabe lo que quiere, el objetivo que tiene y vamos todas a por ello, se nota. La progresión se ve mucho desde el primer día hasta la actualidad y la unión que tenemos ahora se refleja en el campo.

Oscar Vázquez

—¿Cómo vivió ese bache, ya superado, que tuvieron a domicilio?

—Es difícil, pero es eso, nos estábamos adaptando. Estamos en una liga competitiva y exigente, en la que, a lo mejor, el último te rascar un punto. Te puede pasar que encadenas varios partidos malos a principio de temporada y son puntos que no se deben perder, pero sacas la parte positiva. Seguimos mejorando a partir de ahí, nos ayudó a crecer. No hay mal que por bien no venga.

—¿Pudo ser un punto de inflexión que David Ferreiro pasara a ser segundo entrenador?

—No sé si fue e punto de inflexión, pero creo que sí nos ayudó y nos vino muy bien. Es una persona muy intensa, que nos motiva un montón y nos ayuda a dar el 100 % en los entrenos, siempre está encima. Fue una buena ayuda para ese tipo de acciones que a lo mejor son un poco más pequeñas, pero necesitas esa intensidad y en esos detalles, muchas veces, se define tanto una jugadora como un partido. Además, Vicky lo conocía y para todos era de casa, en el sentido de que estaba en el B y nos conocía, sabía cómo funcionábamos.

—Ahora encadenan siete triunfos. ¿Están en su mejor momento?

—Sí, ahora estamos muy enchufadas, muy metidas tanto en los entrenos como en los partidos. Cada vez vemos más cerca el objetivo y nos damos cuenta de que ya somos otro tipo de equipo, estamos más unidas y se percibe  te ayuda a dejar creciendo. Estamos motivadas y a nivel psicológico, nos ayuda para afrontar los próximos partidos.

—Y usted es la máxima goleadora, ¿hay pique con Ana Toubes -a la que acaba de desbancar-?

—¡No, ninguno! Si acaba como máxima goleadora ella, o Irene, u otra compañera, estaré supercontenta porque lo merecen. Todas queremos ayudar al máximo al equipo y no voy a decir que me dan igual los goles, pero no le doy tanta importancia a los números, lo que quiero es jugar lo máximo posible, pasarlo bien y ayudar a alcanzar el objetivo. Si soy la máxima goleadora, genial, y si es otra compañera, feliz por ella.

—¿Y contaba con llevar once tantos a estas alturas?

—No. Es la cifra con la que acabé el año pasado y me choca, pero cuando estás tan bien rodeada de gente que se esfuerza y trabaja tanto y tú acompañas, las cosas salen bien. Es lo que siento que estoy viviendo ahora.

CESAR QUIAN

—Mencionaba varias veces «el objetivo». ¿A día de hoy, ya pueden decir que es el ascenso?

—Sí, lo fue desde el primer momento, aunque no se dijera al principio, porque la presión externa también influye. A nivel interno, siempre fue ascender, es un equipo creado para eso y es por lo que luchamos cada día. Hay que conseguirlo y si puede ser ascenso directo, mejor.

—¿Le ha sorprendido la estructura de un club como el Celta y la importancia que se le está dando a As Celtas?

—Yo vengo de un club de barrio, muy humilde, y encontrarme esto era algo increíble, no solo la estructura, los campos, las instalaciones, que es otro nivel y notas que es todo más profesional, que la gente se lo toma muy en serio y para mí es todo un cambio grande. Y sí que percibo que se nos está dando mucha importancia, se nos da mucha visibilidad, por ejemplo, a través de redes sociales, que lo están haciendo muy bien y está funcionando.

—¿Cómo se presenta este derbi contra el Lóstrego?

—Será un partido duro. Las que llevamos tiempo jugando en esta categoría sabemos que es un campo difícil, que lo dominan y saben a lo que van, a plantear su juego de duelos, de competir. Estamos entrenando un poco en base a lo que juegan y a su estilo, con la idea de hacer todo lo que esté en nuestra mano para sacar estos tres puntos.  

—¿Cómo valora la acogida que ha dado el celtismo a este proyecto?

— En el primer partido, en Balaídos, estaba alucinando. Nunca había jugado delante de tanta gente y estaba muy nerviosa; era muchísima gente y cuando salió el dato de asistencia, fue increíble. Y luego, en A Madroa, también es una barbaridad en cada partido, y hasta fuera nos apoyan, que a veces parece nuestra casa. Estamos muy agradecidas, porque siempre tienes dudas de si tendrá acogida o no y la respuesta está siendo increíble.

—Justo se acaba de saber que As Celtas ya cuentan con su primera peña oficial.

—Sí, y estamos muy contentas con ese apoyo. Aunque parezca un tópico, es cierto que son el jugador número 12, que nos anima los 90 minutos. Con ellos, en casa apenas concedemos goles, nos sentimos muchísimo más cómodas y en parte es por la ayuda de esos aficionados que siempre están.

CESAR QUIAN

—¿Cómo se las ingenia para compaginar el fútbol con los estudios?

—Hice Fisioterapia en A Coruña y ahora estoy estudiando un máster en Pontevedra, con clases por la mañana y entrenamientos por la tarde, así que lo compagino bastante bien. Pero la exigencia en el equipo es mayor que el año pasado, que trabajé y también lo pude compaginar, algo que ahora me sería muy complicado, por eso opté por seguir formándome, que también es importante.

—Así que la elección de ese máster vino dada porque iba a ser jugadora de As Celtas.

—Sí, yo decidí ser futbolista de As Celtas y, a partir de ahí, organicé todo en base a eso. Así fue cuando vi que ese máster me gustaba un montón y era una buena oportunidad. Encajó perfecto, porque Pontevedra me gusta mucho para vivir también, estoy muy tranquila, con la Universidad al lado y los entrenamientos cerca, porque en veinte minutos, estoy.