Vicky Vázquez: «Sigo sin marcar el ascenso como meta, tiene que ser la consecuencia»
GRADA DE RÍO

As Celtas defienden su plaza de ascenso directo ante el Deportivo B en Balaídos y su entrenadora señala que «puede pasar cualquier cosa»
05 mar 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Vicky Vázquez (Vigo, 1990) asumió, con el aval de su experiencia como futbolista y entrenadora, el reto de ser la primera preparadora de la historia del esperado equipo femenino del Celta, As Celtas. El desafío no ha estado exento de dificultades, pero las han ido sorteando para formar un proyecto sólido, situado desde el pasado fin de semana en posición de ascenso directo y que este sábado afronta un partido clave de cara a esa meta, que la viguesa se sigue resistiendo a marcar como objetivo a día de hoy.
—¿En qué se parece y en qué se diferencia lo que son As Celtas hoy en día de lo que imaginaba cuando le propusieron entrenar a este equipo y encabezar este proyecto?
—Está muy por encima de lo que imaginaba. Siempre empiezas con ciertas dudas, sabemos que los inicios son complicados. Que ahora estemos en este punto, con doce victorias seguidas y que hayamos conseguido que todas las jugadoras y lo que rodea al equipo vayan a una era inimaginable a alturas de junio, julio o agosto, cuando todo estaba arrancando. Me enorgullece el punto en el que estamos.
—Ahora, todo lo que rodea a As Celtas es bonito, parece que todo sale perfecto, pero, ¿hasta qué punto fue complicado confeccionar un plantel desde cero?
—Sí que lo fue. Es eso, empezar desde cero, teniendo que decidir si priorizas un modelo de juego, un tipo de jugadoras, a las que conocemos, a las que no conocemos… Al final, fue una mezcla de todas esas cosas y ha dado muy buen resultado. Para mí, nos hemos juntado un grupazo, unas chicas maravillosas, con una predisposición para trabajar impresionante. Ahora, a toro pasado, creo que escogimos bastante bien. Pero fue difícil, lógicamente, sin ninguna referencia.
—¿Cómo resumiría lo vivido en estos meses?
—Diría que, aunque ahora todo es muy bonito y demás, encadenando muchas victorias, hubo momentos en que no se pasa tan bien. Quizás las jugadoras no están al tanto de este tipo de cosas, pero el cuerpo técnico tenemos mucho trabajo, a veces hay opiniones diferentes y cuando encadenamos aquellas derrotas fuera, fue difícil. Empiezas a dudar de cosas, pero nos ayudamos un montón. Han sido meses de menos a más y estamos en un punto muy positivo, en el que ante cualquier reto que se nos ponga delante, lo encaramos, como pasó en el partido contra el Oviedo, que sacamos carácter para llevárnoslo y darnos cuenta de la importancia de la clasificación y la situación en la que estamos.
—¿Qué importancia tuvo salir airosas de ese partido que comenzaron ganando y se complicó?
—Mucha. Cuando nos metieron el segundo gol, hablando mal, yo me acojoné mucho. Aunque es cierto que quedaban muchos minutos, y luego todo el mundo me decía lo típico de que sabían que íbamos a remontar, en el momento no lo tenía tan claro, pensando en que en la primera vuelta, un resultado en contra nos mataba; en cuanto nos metían un gol e íbamos perdiendo, nos costaba una barbaridad, nos podía a nivel psicológico. Ahora, ha habido un cambio, estamos en un momento en que no es que nos dé igual, pero sí somos capaces de tirar de esa fuerza para sacar el partido adelante. Oviedo fue un claro ejemplo.

—¿Ha habido un trabajo psicológico detrás de ese cambio?
—Sí, tenemos una psicóloga que nos ayuda un montón tanto a las jugadoras como al cuerpo técnico. No está siempre en el día a día, pero pasa bastante tiempo con nosotras y es un apoyo espectacular.
—¿Cómo vivió usted esas salidas que encadenaron en que se escapaban puntos en la primera vuelta?
—Intentabas consolarte con que era el inicio y no todos los procesos van como quisieras desde el primer momento. Es cierto que te tambaleas un poco y aparecen dudas, pero supimos mantener la fortaleza que tenemos tanto el cuerpo técnico como el equipo y eso hizo que pudiéramos seguir adelante sin problema.
—¿Supuso un punto de inflexión para el equipo ese cambio en el cuerpo técnico con David Ferreiro pasando a ser su segundo entrenador?
—Quizás sí. El cambio fue para bien, era algo que se necesitaba.
—Durante muchas jornadas, ustedes ganaban pero los dos equipos que estaban por encima -que se enfrentaron entre ellos la pasada jornada- tampoco fallaban. ¿Generaba algo de frustración?
—Prefiero no tomármelo de esa manera. Si cada semana vas consiguiendo resultados y tus rivales, también, hace que estés mucho más alerta y pensando que en algún momento tiene que caer. Ellas pensarían lo mismo de nosotras y a mí esa lucha me gusta, porque hace que te exprimas al máximo.

—Vienen de ganar al Parquesol, la cita más fácil antes de una de las más complicadas.
—Trabajamos esa semana como cualquier otra. Aunque la clasificación diga una cosa, no hay que fiarse de nadie. Hay que tener el máximo respeto al rival para conseguir los puntos.
—Ahora, recibirán al Deportivo B en Balaídos. ¿Qué supone volver a ese escenario donde ya debutaron?
—A nivel de equipo, la idea nos gusta mucho, estamos súper contentas de que el club apueste por llevarnos otra vez allí.
—Ellas vienen de sufrir su primera derrota. ¿Es posible que As Celtas les ganen también?
—Tal y como está la liga, todo es posible y en este escenario, puede pasar de todo. Es cierto, lógicamente, que el Deportivo B tiene sus números, como nosotras tenemos los nuestros. Es el primer derbi que se va a jugar en Vigo y creo que va a ser un partido muy especial en el que ocurrir cualquier cosa.
—¿Cree que esa rivalidad gallega va a ser diferente en el fútbol femenino que en el masculino?
—Tengo el reflejo de lo que fue la ida, un partido muy chulo allí, en Abegondo, disputado, intenso. Se veía que era un derbi, pero era una rivalidad muy sana. Como es normal, tanto nuestras jugadoras como las suyas se querrán llevar cada balón dividido, porque te juegas puntos importantes, pero una vez que acabó el partido, la estampa fue muy chula. Hay jugadoras de la selección de distintas generaciones que se conocen y que yo conozco, acabó el partido y tan amigas como siempre. En ese sentido, me gustó mucho, la imagen fue súper bonita. En el partido, cada uno va a lo suyo y hay rivalidad, pero me atrevería a decir que no es la misma que en el masculino.

—En lo futbolístico, ¿qué destaca del filial del Deportivo?
—Tienen jugadoras de muchísimo talento, muchas de las cuales entrenan en dinámica del primer equipo, y eso hace que el partido sea más interesante y que nosotras lo tengamos que tener muy, muy en cuenta. Les hace tener más ritmo, más bagaje y más competitividad a la hora de entrenar.
—¿Están As Celtas en un momento en que se sienten capaces de todo después de doce triunfos consecutivos?
—Sí, pero también es cierto que nos enfrentamos a los de arriba y puede pasar de todo. No creo que haya una condición de favoritos para ninguno de los partidos. Cuando te juegas puntos en enfrentamientos directos, todo el mundo se quiere aferrar a su posición y sacas armas de donde no las hay.
—Usted no quería marcar el ascenso como objetivo a principio de temporada. Pasados los meses, con la situación en la que están y todo el mundo apuntando a esa meta, ¿ya puede decir que el objetivo es ascender a Segunda Federación?
—Intento mantenerme en la misma idea. Es cierto que en la clasificación te vas metiendo en unas zonas u otras, intentas sumar de tres cada semana, pero prefiero seguir enfocándome en lo mismo y no marcarlo como meta, tiene que ser la consecuencia. Si eres capaz de ir mejorando, eso te va a garantizar sumar puntos y seguir en los puestos de arriba. Opto por ver la mejora constante como objetivo.
—En pretemporada sufrieron las bajas de larga duración de Paula González y Candela Rodríguez. ¿Cómo llevaron ese varapalo?
—Acabas de arrancar un proyecto nuevo y a las dos semanas, de repente, una chica se te rompe el cruzado y ya dices: «Madre mía, madre mía». Dos semanas después, se te lesiona otra jugadora. No voy a negar que fueron semanas difíciles, dudas de las cosas, te preguntas por qué se lesionan, además, de gravedad, que no fueron esguinces o lesiones musculares de unas semanas, sino cruzado. Te cuestionas si hay algo que no estás haciendo bien y fueron semanas difíciles.
—¿Cómo valora la acogida del celtismo a As Celtas y que ya tengan una primera peña tan entregada como As Guerreiras Celtas?
—Es espectacular, ya no solo en A Madroa, incluso fuera. Fuimos a Oviedo y apareció allí uno de los peñistas. Es increíble. Se dejan el alma animando partido tras partido y estamos muy agradecidas.

—Usted dejó de jugar hace un par de años. ¿Fue complicado dar el paso?
—En mi último año en el Sárdoma, cuando estábamos en Segunda y descendimos, terminó la temporada y acabé bastante quemada. Ya tenía una edad y se me hacía complicado conciliar con el trabajo. Es lo típico que llegas a las últimas horas del día y ya no te da la batería. Así que no fue difícil tomar la decisión, aunque jugar me gustaba mucho, igual que entrenar y que mi rol de profesora de Educación Física. Me gustan mucho las tres cosas, pero ya era inviable compaginarlas porque, además, trabajo en Santiago, tenía que madrugar y dormía poco.
—Y sigue ejerciendo de profesora. ¿Cómo se las ingenia?
—Siempre me ha gustado mucho. Es cierto que tengo menos horas, tengo más dedicación a As Celtas, pero compagino los dos trabajos y no se me hace complicado.
—Ahora que lleva a un equipo sénior, ¿extraña a la cantera -hasta la temporada pasada entrenaba en la base del Celta-?
—De vez en cuando, sí que los echo de menos, de hecho, muchas veces coincidimos por horarios y siempre se acercan a saludarme. Ellos tienen una energía diferente, los adultos vamos por otro lado. Pero la experiencia está siendo muy buena. Al principio no las tenía todas conmigo, pero lo estamos llevando muy bien.