Los pilares del éxito celeste

LA VOZ VIGO

GRADA DE RÍO

M.MORALEJO

Marián Mouriño y Claudio Giráldez lideran un proyecto de largo recorrido, con un plantilla comprometida y con una conexión total con la afición

26 may 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

El binomio Marián Mouriño-Claudio Giráldez funciona a la perfección y la clasificación para la Europa League no parece la meta, sino el punto de arranque para un proyecto de largo recorrido, con mucha gente joven, con contratos de larga duración, con una plantilla comprometida y con una conexión total con la afición en medio de un cambio generacional en el celtismo.

La presidenta comenzó su andadura con el pie cambiado con Rafa Benítez, pero supo reconocer el error y darle un volantazo a su plan apostando por el técnico de O Porriño. En Sevilla, en el partido del Pizjuán de la temporada pasada, comenzó a escribirse la historia que tuvo un punto y aparte en Getafe el sábado. Claudio tomó las riendas de equipo, implantó sus ideas, tiró de la cantera que su antecesor había puesto en duda y en diez jornadas, salvó al equipo. Incluso le sobró un partido.

Ahí nació una conexión especial con la grada que ha tenido su explosión esta temporada. Con llenos sistemáticos en Balaídos, con celtistas en todos los campos tanto en liga como la Copa y con el equipo haciendo de su campo un fortín hasta sumar once victorias como local, la cuarta mejor marca de siempre a lo largo de los 59 cursos que el Celta ha jugado en la élite.

Los partidos en casa fueron claves para tener un año tranquilo, que se saldó con la salvación con mucho margen de tiempo, y para darle el empujón hacia Europa al equipo, aunque finalmente ganase los dos partidos definitivos a domicilio. Todo, con una idea clara de juego, con un sistema muy reconocible y con un once tan variado que todo el mundo se sentía importante.

De un modo paralelo a lo que sucedía en el campo, Marián Mouriño amplió su paz social a todos los ámbitos hasta conseguir incluso un acuerdo con los Comuneros de Tameiga que permitió dar vía libre al proyecto Galicia Sports 360, la Factoría do Deporte Galego que liderará el Celta y que, con el tiempo, se debe convertir en una importante fuente de ingresos para el club.

Sin fecha de caducidad

Hasta aquí, el presente; pero al futuro no se le adivina fecha de caducidad por el momento. El Celta cuenta con un plantel mayoritariamente joven, cargado de chavales que la temporada pasada, e incluso en la actual, militaban en el filial. Todos ellos han maridado de la mejor manera con ilustres veteranos como Iago Aspas, Marcos Alonso o Borja Iglesias, lo que el ha permitido a Claudio formar un equipo de autor. Todo indica que la actual plantilla tiene mucho margen de crecimiento, que esta temporada cursó todo un máster de fútbol en la élite del que salieron airosos a base de valentía y de creer en una idea de juego.

 

Esta plantilla de largo recorrido, conjuntamente con el cuerpo técnico —que tiene contrato el vigor—, es el principal aval para el futuro inmediato; seguido por el idilio con la afición, con más de 3.000 hinchas en lista de espera para hacerse abonados y con un ambiente único y especial en los partidos de casa, que se han convertido en toda una experiencia más allá del aspecto (esencial) deportivo. La apuesta por la cultura gallega y por convertir Balaídos en un escaparate cultural no solo dio sus frutos, sino que encontró el reconocimiento en lugares muy alejados de la metrópoli viguesa.

En el ámbito institucional, la obra de la última grada de Balaídos está en marcha, la paz social es un hecho consumado y las apreturas económicas derivadas de las hipotecas del pasado pueden verse un tanto aligeradas por el dinero continental y por el incremento de los ingresos televisivos derivados de la posición final en la clasificación.

Un momento que invita a pensar en un futuro idílico, pero sin olvidar que los fantasmas del fútbol aparecen en el momento más inesperado. Por el momento, toca disfrutar.