
La futbolista, una de las capitanas de As Celtas, acaba de terminar sus estudios de Psicología
15 jun 2025 . Actualizado a las 16:46 h.Estaba grabado y había que cumplir. La jugadora de As Celtas Sara Álvarez, Muñi, una de las capitanas del equipo femenino celeste, se había comprometido en una entrevista a los medios del club a lucir la camiseta del Celta en su graduación en caso de que el equipo lograra el ascenso a Segunda Federación, objetivo que el equipo de Vicky Vázquez hizo realidad hace unas semanas. En el vídeo en cuestión, incluso dejaba dicha la fecha para la que estaba fijado el evento, este 14 de junio. Y no faltó a su palabra.
La futbolista nacida en O Rosal en el año 2003 acaba de finalizar sus estudios de Psicología, un momento que estaba marcado para ella. «Voy a ir a la graduación de la carrera, el 14 de junio, estáis todos invitados, si ascendemos, vestida del Celta. Aquí lo digo», proclamaba la jugadora en unas imágenes que el club hizo públicas cuando ya era una realidad el cambio de categoría. En marzo, comentaba a La Voz lo cerca que estaba de terminar: «Esta semana que vén, acabo a carreira, estou cos últimos exames. Xa son catro anos de arriba a abaixo -los cursó en Santiago-, dun lado ao outro, pero sarna con gusto non pica. Sacas o tempo de onde non tes, con meses nos que toca durmir menos, outros máis… Estou contenta». Finalmente, la prenda elegida fue la edición especial negra de homenaje a la Reconquista de Vigo y al himno del centenario, Oliveira dos cen anos.
Muñi ha compaginado el fútbol con sus estudios a lo largo de los cuatro años de carrera y, de hecho, fue a raíz de recibir ella apoyo psicológico en una mala etapa deportiva cuando surgió en ella la vocación de formarse en este ámbito. Lo contaba a La Voz en el 2022, cuando estaba en el Sárdoma tras haber pasado por el Deportivo, donde sus expectativas no se cumplieron: «Estaba sola, no sabía cómo asimilarlo y tampoco quería preocupar a mis padres. Hubo muchas cosas que me comí sola y me agobié. Lo pasé mal», admite. Ahí jugó un papel fundamental a entonces psicóloga del club coruñés, Marisol Arias, que al tiempo que le ayudaba con su situación, le hizo darse cuenta de forma indirecta que ella también se quería encaminar hacia ahí.