A Madroa, caladero para Mendes

LA VOZ VIGO

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El agente portugués entró en contacto con la factoría del Celta tras captar a Fer López, tiene a un hombre en Vigo y se hizo con un buen número de canteranos

17 jun 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Fer López no es el único criado en A Madroa en la red de Jorge Mendes, porque además del atacante, el súper agente portugués ya cuenta con un buen puñado de canteranos controlados por su agencia, entre otros, nombres emergentes como Ángel Arcos, que ya destaca en el Celta Fortuna, o jugadores en proceso de formación como Mateo Sobral, Pablo Aparicio, David Sueiro, Hugo López o el rumano Ianis Tarba, por citar algunos ejemplos, aunque sus tentáculos llegan al menos a una veintena de célticos. El temor que existe en el celtismo es que Fer no sea un caso aislado y que su presencia sea un golpe a la línea de flotación. El ejemplo reciente del Valencia, con el luso como agente predilecto de Peter Lim no invita a la tranquilidad. También tuvo influencia directa con Barcelona, Atlético u Oporto.

El primer contacto entre el Celta y Jorge Mendes fue la salida de Santi Mina al Valencia. Eran otros tiempos: el delantero vigués era un jugador emergente, la agencia del portugués tocó a su puerta y pocos meses después, hizo negocio con él con la venta a cambio de 10 millones de euros. El segundo canterano céltico que llegó a las redes del propietario de Gestifute fue Fer López, una de las perlas de la cantera. El vigués (aunque nacido en Madrid) estampó su acuerdo con el luso en otoño del año pasado y apenas medio año después, está a punto de llevárselo al Wolves, un equipo en el que tiene participación directa. En medio de los dos traspasos, hay un factor a tener en cuenta: la venta de Larsen al mismo equipo en junio pasado.

El Celta necesitaba hacer una venta importante para cuadrar cuentas y el súper agente le solucionó el problema. «Gestifute colaboró con nosotros, firmamos muchos mandatos con muchos representantes. La oferta definitiva llegó a través de Gestifute», comentó en una de sus comparecencias Marco Garcés, el director de fútbol. En más de una ocasión se le preguntó al club si esa gestión salvadora llevaba implícito algún peaje, algo que sus directivos siempre negaron.

El papel de Toni Otero

A raíz del fichaje de Fer López por la agencia, se produce su desembarco en A Madroa. En este tránsito juega un papel importante Toni Otero, su hombre en esta esquina del noroeste peninsular, un hombre de fútbol que estuvo muchos años en la coordinación del fútbol base de A Madroa y que tras pasar por Lugo y Pontevedra, se convirtió en agente de jugadores. Una persona con un amplio conocimiento del terreno.

Desde entonces, no ha parado de crecer la cartera de canteranos del cuadro vigués en el muestrario de Jorge Mendes. Ángel Arcos, que llevaba Toni Otero, es otra perla emergente bajo su control. El rosaleiro fue internacional sub-19 y uno de los juveniles que se hizo un sitio en el Celta Fortuna de Primera RFEF la pasada campaña. Mateo Sobral, por su parte es un cadete fijo en el juvenil A del Celta y que además ha sido citado con la selección española sub-16. El jugador llegó a A Madroa desde el Cristo de la Victoria y es uno de los máximos exponentes de la aceleración de procesos.

Pablo Aparicio, por su parte, es otro cadete internacional. Es delantero y creció en clubes como el Candeán, el Sárdoma y el Val Miñor antes de llegar al Celta. Es otro de los jugadores que prometen de cara al futuro. Ninguno de ellos está libre de futuros movimientos por parte del súper agente, cuyo negocio estriba en mover a los jugadores de equipo para cobrar la comisión correspondiente. La pasada temporada, el Celta pagó por este concepto seis millones por las operaciones realizadas por los distintos agentes según consta en el desglose del gasto por el concepto de plantilla que aparece en las cuentas del ejercicio anterior.

No entregarle las llaves

Fuentes consultadas sobre la importante presencia de Jorge Mendes en la base del Celta no lo consideran como algo negativo de inicio, pero con una salvedad: nunca es malo abrirle las puertas de A Madroa a alguien con tanta influencia en el fútbol, pero sí entregarle las llaves, algo de lo que debe cuidarse un Celta que se mantiene mudo desde que estalló de un modo inesperado la bomba Fer López.