
Aficionados que han conseguido plaza en Balaídos cuentan sus casos
04 jul 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Esta semana estaba marcada en rojo para los celtistas que están en lista de espera para ser abonados del club. La relación de aficionados que aguardan tener butaca en Balaídos supera los 4.000, mientras que las plazas disponibles rondan las 300, según el propio Celta De ahí que aquellos que han recibido la llamada se sientan unos privilegiados. Ha transcurrido más de un año hasta que les ha llegado una oportunidad que muchos otros no tendrán hasta temporadas venideras.
Conscientes de que un nuevo carné de abonado del Celta es actualmente un bien muy preciado, cuentan algunos de los que lo tendrán que no esperaban «para nada» que fuera ya este mismo verano. «Na miña cabeza, ata a tempada seguinte ou así, non ía conseguilo. Levei unha sorpresa enorme cando me chamaron do club, alegroume o día», expresa Raúl Pérez, de 24 años y abonado por primera vez en su vida.
Le dio igual apuntarse solo, yendo «á aventura», y tampoco le importa que vaya a tener que estar en una grada diferente a la de su novia, amigos y conocidos que acuden habitualmente al estadio. «Déronme moi poucas opcións, evidentemente, e quedei con Tribuna Baixa, a parte de despois do córner. Non teño coñecidos alí, pero espero facer amigos», relata este aficionado al que nada le empaña este regalo inesperado. «O Celta é a miña vida e non ía rexeitar por nada esta oportunidade, considérome afortunado», añade.
Comparte esas sensaciones Javi Sotelo, otro celtista de 24 años con la particularidad de que, aunque es gallego, reside actualmente en Las Palmas. «Está claro que viviendo aquí, es más difícil ir a todos los partidos, pero viajo todos los meses a Galicia y tenía clarísimo hacerme abonado», asegura. Su intención es intentar cuadrar los viajes con los partidos del equipo vigués como local, ahora que ha tenido esta ocasión mucho antes de lo que imaginaba. «No esperaba tener plaza para este año. Suponía que con la gran temporada que hizo el Celta el año pasado habría muchísimas solicitudes, aún habiendo comprado el Carné Celtista el mismo día que salió el año pasado», dice. La antigüedad en esa larga lista de espera era el criterio para asignar las plazas y de ahí que una sea suya.
Sotelo nació en Vigo y vivió entre Cangas y Bueu hasta el 2016, cuando se mudó a Canarias por el trabajo de su madre, pero «seguía yendo a Balaídos siempre que podía». Eso volverá a hacer ahora, tirando de cesión cuando no le sea posible viajar. «Cuando no pueda ir, quiero que otro celtista vaya en mi lugar. No quiero un asiento vacío en el campo porque yo no pueda ir al vivir lejos», subraya.
Y mientras no pudo ser abonado, considera que las condiciones del Carné Celtista eran ideales para él por los kilómetros que le separan de su tierra. «Soy celtista desde siempre, desde pequeño iba a Balaídos con mi familia. Mi madrina me hizo celtista», cuenta. También él gestionó el Carné Celtista el mismo día de su lanzamiento. «Me aboné sin pensarlo, era una modalidad perfecta para mí», recuerda.
Coincide con Raúl, que hace tiempo que quería se abonado. «Desde hai anos, tiña a intención, pero entre unhas cousas e outras, non tiven a oportunidade», relata. Y se hizo el Carné Celtista ya con esa intención, «con vistas tamén a poder ter a posibilidade no futuro de ter asento en Balaídos». Y ese día ha llegado.