
Claudio Giráldez se salió con asiduidad de su sistema matriz durante el período de preparación
16 ago 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Claudio Giráldez repite que siempre quiere ganar, pero por lo visto en pretemporada, el estratega louriñés tenía cosas más importantes que mirar que el resultado. Porque en esta ocasión, se salió con asiduidad del 3-4-3, que es su sistema matriz. Ensayó con un trivote en una suerte de 3-5-2, hizo defensa de cuatro y porfió en equipos asimétricos. No hay ninguna ley en el fútbol que diga que los carrileros o los extremos tengan que estar a la misma altura. Del mismo modo, incidió en la idea ya conocida de alterar el dibujo en función de la fase defensiva y la ofensiva, y como no podía ser de otra manera, utilizó a 30 jugadores en los siete partidos disputados, con tres victorias (ante el Nacional de Madeira, Grasshopper y Wolverhampton) y cuatro derrotas (Famalicão, Sporting de Braga, Stuttgart y Vitória de Guimarães).
Durante el período estival, el conjunto vigués arrastró un claro problema de gol, anotando ocho dianas en siete encuentros, un aspecto condicionado por la falta de efectivos en el ataque: Bryan Zaragoza jugó media hora, Borja Iglesias no llegó a debutar y tanto Swedberg como Iago Aspas estuvieron parados por problemas físicos.
Otro foco preocupante apareció por la falta de contundencia en la parcela defensiva, aunque a medida que pasaba el verano, el equipo ganó en tono físico para presionar lejos de su portería y fue mejorando hasta mantener su meta a cero en las tres contiendas que ganó. Ahora, llega el momento de la prueba del algodón ante un Getafe siempre incómodo, con un sistema defensivo que pondrá a prueba el momento del Celta.