El Celta, que comienza el domingo en descenso, busca el primer triunfo al décimo intento en liga visitando un Sadar inexpugnable y maldito
26 oct 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Ganar ha pasado de necesidad a obligación. Porque el Celta comenzará en la tarde este domingo su encuentro en El Sadar (algo así como la visita al dentista), en la zona de descenso y la única vía para seguir viviendo fuera de la zona roja es sumar por primera vez tres puntos en un partido en la liga, algo que todavía no ha pasado después de nueve intentos.
Como sucedió con motivo de la visita del Atlético de Madrid, de nuevo se repite el escenario de volver a la liga después de paladear el sabor del triunfo en Europa. Entonces, el partido con los colchoneros acabó en el ya clásico 1-1 que ha acompañado al Celta en siete de sus nueve citas ligueras hasta la fecha. Hoy, los vigueses necesitan ir un paso más allá y hacerse con los tres puntos pese a que el escenario del preámbulo pinte negro.
Para comenzar, los de Lisci no han perdido como locales, sino que han sido capaces de ganar tres de los cuatro partidos disputados al abrigo del Sadar, y solo el Elche, la revelación del primer tercio de competición, y en el tiempo de prolongación, fue capaz de sumar un punto.
Además, en el histórico de enfrentamientos, la derrota celeste se ha convertido en costumbre. Desde su vuelta a Primera en el 2012, los vigueses solo ganaron allí en dos ocasiones, la última, con Rafa Benítez, y la primera, con Luis Enrique. El curso pasado, ya con Claudio Giráldez en el banquillo, los celestes habían caído por 3-2 en una contienda que los navarros tuvieron siempre bajo control.
Encima, en un partido físico, con el rival apostando por el centro-remate, aunque tiene una paleta de recursos muchos más amplia, el Celta no podrá contar con Starfelt, su principal batería antiaérea ante Budimir y el resto de torres rojillas comenzando por Moncayola, Torró, y Catena. Además, los navarros también han incorporado el arte de las transiciones.
La presión y el cansancio
El escenario se completa con la presión y el cansancio. El Celta juega en la Europa League mucho más liberado, sin la presión del resultado y en la liga ya no puede dilatar por más tiempo su reencuentro con el triunfo, un peso que recae en la mochila de los jugadores celestes. En cuanto al cansancio, está claro que el técnico de O Porriño apostará por una rotación masiva, pero algún jugador tendrá que repetir con respecto al jueves y los hombres que entren de refresco, no lo estarán tanto como en una semana limpia de trabajo. Es lo que tiene combinar Europa y la liga en un año en el que despegar se está convirtiendo en una tarea complicada. Hoy debe ser el día del primer vuelo liguero.