Los vigueses cuajaron 60 minutos para olvidar en Bulgaria y cuando perdían 3-0 reaccionaron y estuvieron cerca del empate
27 nov 2025 . Actualizado a las 21:01 h.El Celta no compareció en Razgrad hasta que perdía 3-0 y quedaba media hora para la conclusión del quinto asalto de la Europa League. Claudio Giráldez aparcó el 3-4-3, apostó por un 4-4-2, presentó un once lleno de cambios (más, incluso, de los habituales), descompensado por lo que pudo verse, y el equipo zozobró por completo. Blando en la presión, pésimo en la línea defensiva y a merced de un Ludogorets muy superior. Curiosamente, cuando el partido se pudo imposible, entre los cambios de jugadores de primer nivel y la vuelta a la idea tipo, los vigueses reaccionaron y no estuvieron lejos de salvar un punto. Les faltó puntería y quizás un poco más de tiempo.
El cuadro celeste salió si cabe más valiente de lo habitual. Claudio colocó a su defensa en el centro del campo, tirando el fuera de juego en la divisoria, cambió a todo el equipo a excepción de Ilaix Moriba y encomendó las bandas del 4-4-2 a Jones El-Abdellaoui y Ángel Arcos, que actuaban como extremos. Con este dibujo, hasta cinco hombres presionaban al rival en la frontal de su área, pero faltaba intensidad, las líneas estaban demasiado estiradas y desconectadas y quedaba demasiado espacio entre la defensa e Iván Villar, que repetía como portero en la Europa League. El resultado fue que el conjunto búlgaro hizo lo que el Celta quería evitar, que se adelantase en el marcador. Fue desde el punto de penalti como Stanic engañando por completo al portero de Aldán. Porque Manu Fernández derribó a Caio en un balón a la espalda y el árbitro no dudó en señalar los once metros.
El penalti que aprovechó el Ludogorets para abrir el marcador: pic.twitter.com/hfQb443agf
— Grada de Río (@gradaderio) November 27, 2025
El 1-0 provocó un cortocircuito en el Celta, que con el balón era demasiado lento y previsible y en la presión ejercía de amigo para el rival. No mordía, el conjunto local movía el cuero con facilidad y superaba la presión del adversario casi sin despeinarse y, cuando podía, buscaba algún desplazamiento largo a la espalda de los dos centrales celestes. En uno de esos balones, Yoel Lago falló en el control y Caio se plantó solo ante Iván Villar, pero tan fácil lo vio, que envió el balón a un palmo del palo.
La acción, a falta de 10 minutos para el descanso, supo a indulto y activó a un Celta que acabó la primera parte haciendo lo que debía: atacando con decisión, cargando el área y creando ocasiones. El debutante Ángel Arcos, la gran novedad en el once, tuvo la más clara después de una excelente jugada de Ferran Jutglà, pero el rosaleiro, con todo a favor, disparó alto. Ilaix, Borja Iglesias y el propio Arcos, también lo intentaron sin éxito y con poca decisión.
En el descanso, Claudio metió en el campo a Miguel Román y Durán y nada más ponerse el balón en juego, Ángel Arcos quiso hacer daño con una penetración en el área rival anulada por los centrales. La declaración de intenciones del Celta enseguida quedó en papel mojado, porque la falta de tensión defensiva permitió al conjunto búlgaro marcar dos goles para encarrilar el partido. Primero, fue en un saque de córner, con el balón circulando por toda la frontal hasta que llegó a Stanic, que buscó un disparo colocado al palo que supuso el segundo tanto. Poco después, cuando Giráldez, a la desesperada, acababa de meter en el campo a Iago Aspas y Bryan Zaragoza, llegó el segundo penalti, también de Manu Fernández sobre Caio, que fue una pesadilla. De nuevo, Stanic disparó el balón al mismo lado y volvió a engañar a Iván Villar, que se tiró a la derecha, como en el primero.
Con el 3-0, cuando ya era demasiado tarde, firmó el Celta sus mejores minutos. Los vigueses volvieron a su posicionamiento habitual y las bandas comenzaron a encontrar vías de agua en la zaga del Ludogorets. A falta de 21 minutos, una excelente asistencia de Bryan Zaragoza permitió a Pablo Durán acortar distancias con un golpeo de primera imposible para el meta Bonmann. El tanto ilusionó al Celta, Jones (en versión carrilero) comenzó a entrar y una otra vez por su costado.
Así, los vigueses tuvieron dos clarísimas ocasiones para anotar el segundo. En la primera, el cabezazo de Pablo Durán no cogió portería, y en la segunda, tras una asistencia de Aspas, Ilaix disparó al portero cuando lo tenía todo a favor para marcar. Las dos opciones falladas le pasaron factura al Celta, que no mantuvo el mismo ímpetu ofensivo e incluso Iván Villar, con una parada de balonmano, evitó el cuarto en un tiro de Caio tras una pésima acción defensiva de los suyos.
Y cuando parecía que el partido estaba muerto, el Celta estuvo a un palmo del empate. En el 95, volvió a aparecer Bryan Zaragoza para asistir a Jones, que con una volea con la pierna derecha, marcó de tiro cruzado el golazo de la jornada. Era el 3-2, y en la jugada siguiente, una penetración del noruego acabó con un tiro ajustado que el portero envió a córner aunque el árbitro señalase saque de puerta. Un borrón, pero nada que ver con el del Celta de la primera hora.
? El-Abdellaoui on the volley
— UEFA Europa League (@EuropaLeague) November 27, 2025
??? Stunning from Karetsas
?? Kiteishvili's long-range strike
? Rodriguez from the halfway line
Can you choose one? ??#UELGOTD | @FlixBus_DE
Ficha técnica
Ludogorets - 3: Bonmann; Son, Verdon, Almeida, Nedyalkov (Marcus, min 76); Deroy Duarte, Naressi (Kaloc, min 76), Yordanov; Caio Vidal (Bile, min 85), Petar Stanic y Aguibou Camara (Chochev, min 59).
Celta - 2: Iván Villar; Jones, Manu Fernández, Yoel Lago (Starfelt, min 66), Ristic, Mingueza; Ilaix Moriba, Damián Rodríguez (Miguel Román, min 46); Ángel Arcos (Bryan Zaragoza, min57), Jutglà (Pablo Durán, min 46) y Borja Iglesias (Aspas, min 57).
GOLES: 1-0, min 11: Stanic, de penalti. 2-0, min 49: Stanic. 3-0, min 62: Stanic, de penalti. 3-1, min 69: Durán. 3-2, min 95: Jones.
ÁRBITRO: Balázs Berke (Hungría). Amonestó a Camara por parte del Ludogorets y a Yoel Lago del Celta.