Los penaltis despiden al Celta de la Copa del Rey en Albacete (2-2) (3-0)

Esta Copa del Rey no estaba pintada para el Celta. Pasó en el décimo cuarto penalti ante el Sant Andreu y ayer, quedó eliminado ante el Albacete fallando los tres penaltis y encajando otros tantos. Como sucediera en el Narcís Sala, Iván Villar no olió ni el primero. El conjunto vigués se condenó con un pésimo primer tiempo y por no saber guardar la remontada en la segunda mitad. Porque con el 1-2 encajó un gol en el minuto 93 en un centro lateral pésimamente defendido, en la prórroga no aprovechó sus oportunidades y en los penaltis, la suerte parecía echada. El objetivo de llegar a Navidades en las tres competiciones se esfumó por completo.

El Celta no aprendió la lección del Ludogorets. Repitió el plan de partido, casi el once y los mismos errores. Claudio Giráldez planteó un partido para jugar con espacios, con Jones como nueve, con Aspas viajando de la derecha al carril central y con Sotelo al frente de la sala de máquinas. También con Mingueza de titular por quinto partido consecutivo.

La idea de esperar y contragolpear se vino abajo por dos motivos: porque el Albacete, en donde solo repitió un titular del domingo, salió en bloque bajo para esperar y salir a la contra. Y en el primer balón filtrado llegó un gol de Jelte, con algo tan sencillo como correr al espacio y marcar de tiro cruzado ante la indolencia del trío defensivo formado por Ristic, Yoel Lago y Javi Rodríguez.

Con el 1-0 el Albacete tuvo otro remate envenenado desde la derecha, pero los manchegos enseguida replegaron, juntaron líneas y dejaron al Celta haciendo el parabrisas pero sin una sola ocasión real en todo el primer tiempo. Mucho balón, pero muy lento; con las piezas descolocadas y sin uno contra uno. Por encima, el árbitro no sancionó las reiteradas pérdidas de tiempo ni los agarrones que sufría Jones. En el descanso, Raúl Lizoain se fue al vestuario sin hacer una sola parada. Tan solo dos penetraciones hasta la línea de fondo por la izquierda, y nada más.

Un triple cambio, con Borja Iglesias, Miguel Román y Manu Fernández en el campo, además de algún ajuste táctico, parecían arreglar el desaguisado. Aunque Jones falló a puerta vacía y a Borja Iglesias le anularon un gol en una fase del juego en la que el Celta era claro dominador, los de Claudio Giráldez fueron capaces de darle la vuelta al marcador. Yoel Lago empató con un potente cabezazo en un saque de córner poco después de la hora de partido y un cuarto de hora después Borja Iglesias puso el 1-2 demostrando que es el jugador más diferencial del equipo esta temporada. Mingueza sacó un buen centro desde la izquierda, y entre los centrales rivales el compostelano controló con el pecho y picó la pelota al fondo de las mallas tras dejarla botar.

Con el 1-2 comenzaron los problemas. Borja apenas podía andar por el campo por molestias en la espalda, el Albacete comenzó a ganar metros y aunque no creaba claras ocasiones transmitía una sensación de peligro que se convirtió en gol en el minuto 93. Fue un centro lateral desde la derecha que nadie cortó y que acabó con un cabezazo de Vallejo al fondo de las mallas.

En la prórroga, Jutglà relevó como sexto cambio al Panda y el catalán fue el más incisivo de los vigueses, que tuvieron dos ocasiones claras. Una en cada parte: en la primera el tiro de Ferran lo sacó Lizoain y en la segunda, ya en el segundo acto de la prolongación, Ilaix Moriba disparó demasiado inocente a las manos del portero rival.

Sin pólvora y sin fuerzas, quedaba la lotería de los penaltis, pero con la sensación de las cartas marcadas. El Albacete marcó los tres primeros y el Celta erró los tres. El palo negó el gol a Mingueza, Lizoain desvió el de Hugo Álvarez y Iago Aspas lanzó a las nubes. Fin de la Copa.

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