Visiblemente emocionado, el técnico del ascenso decía adiós tras ser relevado por Resino
18 feb 2017 . Actualizado a las 11:29 h.2013: Hace hoy cuatro años Paco Herrera dejaba de ser entrenador del Celta. El técnico que devolvió al equipo a la máxima categoría se despedía emocionado y recibiendo el cariño de la afición celeste. «Estoy llorando por dentro, son tres años, tengo mucho cariño por este club. Todo es agradecimiento, es lo único que quiero expresar», comenzaba la comparecencia en la que decía adiós al club al frente del cual se había puesto en el 2010.
Su final no fue el deseado, comunicándosele el cese al mediodía cuando ya era un secreto a voces que no continuaría y que Abel Resino se convertía en su relevo hasta final de temporada. Pocos días antes, había sido ratificado, pero la derrota en Getafe se convertía finalmente en su último partido en el banquillo celeste. «Me hubiera gustado seguir hasta el final», indicaba entonces Herrera, sin esconder que estaba convencido de que hubiera sido capaz de salvar al Celta del descenso, una amenaza real a aquellas alturas de temporada y que lo fue de hecho hasta la última jornada.
«Soy un socio más del Celta y a partir de ahora lo que Abel Resino haga bien será el bien de todos», decía el técnico deseando suerte a su sucesor. Aunque Resino firmó hasta junio del 2014, una vez lograda la permanencia se optó por que no siguiera. Luis Enrique fue entonces el elegido para guiar el proyecto del club en la temporada 2013/2014, antes de la llegada de Berizzo.
Desde entonces, Herrera ha regresado a Vigo con el Las Palmas, recibiendo siempre el cariño y el agradecimiento de una afición en la que dejó huella.