El colectivo del municipio aglutina a las nuevas generaciones y a las que formaron las anteriores peñas del equipo vigués que existieron en el municipio en los años 60 y 90
24 abr 2015 . Actualizado a las 13:04 h.La peña celtista de Sanxenxo Celta es un claro ejemplo de que el celtismo se ha expandido en los últimos años, pero también de que en algunos casos lo ha hecho partiendo de unas raíces que todavía estaban bien plantadas. Aunque colectivo acaba de cumplir un año, sus cimientos están mucho más atrás: en las agrupaciones anteriores de la localidad que existieron en los 60 y 70 y en los 90 y 2000. Aunque ambas desaparecieron por diversas circunstancias, cuando Esteban Gómez decidió crear una nueva, no partió exactamente de cero, pues sus antiguos miembros se sumaron hasta conformar la asociación de 240 celtistas que son hoy.
«Luciano y Luis, impulsores de la primera peña, son presidentes de honor de la nuestra», señala orgulloso Gómez, de 30 años, sobre los pioneros del celtismo en Sanxenxo, que actualmente rondan los 80 años. Entre los miembros también hay nietos y hasta bisnietos de uno y otro. «Cuando se enteraron de que retomábamos la idea de hacer una peña aquí, casi se les saltan las lágrimas», recuerda el actual presidente, al que el celtismo también le viene de familia y que a su vez lo ha transmitido a los suyos, ya que tiene dos sobrinos miembros de dos y cinco años.
Esteban forma parte de una decena de aficionados que se reunían cada semana para seguir juntos los partidos del Celta. Todos sabían que el siguiente paso era constituirse como peña y todos querían que así fuera, pero nadie tomaba la iniciativa. «Lo hablábamos y estábamos de acuerdo en querer en formarla, pero otra cosa era meterse con los trámites y en la directiva. Al final, me tocó a mí», relata un presidente que no se ha arrepentido. «Por ahora el balance es muy bueno. Al principio estaba muy nervioso, pero gracias al boca a boca crecimos mucho en muy poco tiempo y no solo tenemos gente de Sanxenxo, sino también de otras localidades cercanas».
Como peña joven que son, tienen muchas asignaturas pendientes. Entre ellas destacan el ir más veces a Balaídos -«los horarios nos lo ponen muy complicado a los que no somos de Vigo, sobre todo a los niños, que tenemos unos 40», constata- y organizar algún viaje. «Nos hubiera gustado hacer alguno para celebrar nuestro primer aniversario, pero ahora que ya solo quedan Valencia y Almería creo que ya va a tener que quedar para el año que viene», comenta.
Mientras llega el momento de organizar su propio desplazamiento, van a Balaídos normalmente en coches particulares -también les gustaría poder concentrarse en la misma grada- y escuchan las «batallas» de sus presidentes de honor. «Vienen muchas veces con nosotros a vivir los partidos y nos cuentan historias de su época. Sobre todo de cuando iban camino a Vigo y paraban en Pontevedra a tomar los vinos y fastidiar a los de allí. Las que montaban debían de ser buenas», bromea Esteban.
Tampoco se quedan atrás ellos cuando se reúnen cada fin de semana -los no socios también acuden en los partidos de casa- en su sede, el Varadero Gin, un local de verano que su dueño les permite utilizar durante la temporada para seguir al Celta. «Lo vivimos muy intensamente: con tensión, con alegría... Un poco de todo y según vayan los partidos. Unos 30 o 40 nos juntamos allí casi siempre», explica en referencia a un local repleto de bufandas del Celta y al que acudieron hace un año sus padrinos, Sergio Álvarez y Álex López, con motivo de la inauguración. «Pablo Coira y Víctor Fernández eran los socios de honor, pero a este último optamos por quitarlo...».
Próximamente harán una cena con motivo de su primer aniversario. Su meta: que Berizzo pueda estar presente. «En esa racha sin marcar hubo socios que pidieron su marcha. Pero el tiempo ha demostrado que estaban equivocados».