Un grupo de niños saharauis vivió el partido del sábado en Balaídos con Siareiros Dezaos 

Los miembros de la peña Siareiros Dezaos tuvieron este sábado unos acompañantes especiales en su habitual visita a Balaídos cada vez que el Celta juega en casa. Al igual que en temporadas anteriores, en el estreno de esta quisieron llevar a ver a su equipo a cuatro niños saharauis que pasan el verano con familias lalinenses. «Foi unha cousa un pouco de última hora e temos que agradecer sobre todo a súa colaboración á Peña Dani Abalo, que foi a que nos facilitou as entradas para facelo posible», relata el presidente del colectivo, José Ramón Porto.

La jornada fue especialmente propicia para el disfrute de los pequeños Labda, Leyhila, Nayem y Mehdi, pues al «gran ambiente e resultado» del partido contra el Rayo Vallecano (victoria por 3-0 de los de Berizzo) se sumaron las actividades que el club había preparado para la previa del choque, con hinchables en el exterior del estadio y varios conciertos entre los que destacó el de Miguel Costas en los minutos previos al comienzo. «Quedaron abraiados, anonadados co que viviron alí. Para eles foi unha experiencia espectacular, supoño que moi diferente a calquera cousa que presenciaran antes, e para nós, vivilo con eles, o mesmo».

Porto considera que, tras lo visto el sábado, los chicos ya se pueden considerar prácticamente unos celtistas más. «Alí interésalles moito o fútbol, pero debido á cobertura mediática coñecen sobre todo a Madrid e Barcelona. Penso que agora si que xa podemos dicir que son uns afeccionados do noso equipo», comenta Porto, que fue uno de los adultos que acompañaron a los jóvenes en la grada de Marcador. «Cando marchamos xa dicían que ''gañaramos", incluíndose eles mesmos. Son persoas que viven nun campamento e para eles un estadio de Primeira é un espectáculo», confirma Pablo Romeo, otro de los integrantes presentes.

El vínculo de Siareiros Dezaos con la causa saharaui viene de lejos, precisamente debido a la gran tradición que hay en la localidad de acoger a niños de esta zona durante la época estival en el marco del programa Vacaciones en Paz -en beneficio del cual organizaron una cena el pasado marzo-. Pablo Romeo es uno de los principales artífiices. Así, su socio de honor es Lehbib Brahim, de 13 años y que se convirtió en celtista después de pasar cinco veranos en el pueblo. La idea es que los que estuvieron el sábado, la mayoría por primera vez, puedan seguir el mismo camino y que «no futuro o Celta poida algún día xogar nun Sáhara Occidental libre».

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