Peña Cuntiense, reimpulsando la tradición celtista

Cuntis es una localidad que presume desde tiempos inmemoriales de una gran tradición celtista. Las peñas As Burgas y Cuntis dieron buena cuenta de ello durante años, pero por un motivo u otro, acabaron desapareciendo y dejando un hueco que había que llenar. Un grupo de amigos convencidos de que había que recuperar aquello se pusieron manos a la obra y fundaron la Peña Celtista Cuntiense en el 2012. No sin haber tenido que hacer frente a multitud de dificultades, siguen adelante tres años después y su presidente, Jesús Mesego, Suso, asegura que han llegado para quedarse.

«No es nada fácil mantener una peña, y menos si es lejos de Vigo. Hace falta gente dispuesta a trabajar mucho por ella», dice su máximo responsable. Él es en este caso la persona que tira del carro. Celtista desde siempre -«no me viene de familia, sino a raíz de que era el equipo gallego en Primera cuando me empecé a interesar por el fútbol»-, ve recompensado el esfuerzo. «Aquí el celtismo ha estado siempre, aunque no hubiera peña. La diferencia es que así podemos organizarnos para ir a Balaídos y ver cómo disfrutan esas personas acostumbradas a ver el fútbol por la tele o que incluso viajan a Vigo por primera vez es una gran satisfacción».

Actualmente son unos 80 socios, algunos de ellos antiguos integrantes de las agrupaciones extintas que les agradecieron de manera especial el retomar la idea. «Este verano se ha sumado alguna gente de A Estrada y, aunque después de la permanencia del 4 % llegamos a ser algunos más de los que somos ahora, para un pueblo con el número de habitantes del nuestro no está nada mal», señala. La media de edad ronda los 35 años, con niños pequeños y también gente mayor. «La idea es que los jóvenes cojan peso, que se vayan implicando cada vez más y podamos aumentar nuestra presencia en las redes sociales y ese tipo de cosas que ahora tienen tanta importancia». Peñas como Carcamáns, Comando Celta o Lío en Río son su modelo.

Entre esos miembros mayores que pertenecieron a las peñas desaparecidas hay algunos que ya no acuden a Balaídos. «Los hay que simplemente quieren pagar la cuota como muestra de cariño a club y sin ir a un solo partido. También lo hacen por ayudar a la peña, porque quieren que sigamos adelante». La hora y media de camino que les distancia de Vigo a veces es poco llevadera para esas personas y también para el resto. «No nos lo ponen fácil ni con los días ni con los horarios, pero unos cuantos estamos siempre, en Río haciendo esquina con Marcador».

Tienen su sede en el bar Chelsea, del que Mesego es el propietario. «Conseguimos bastante ambiente en los partidos. Ponemos la bandera de la peña fuera y por megafonía tengo listos los cánticos como si estuviéramos en Balaídos». Allí se reunían ya los fundadores de la peña antes de decidirse a crearla y ese local ha sido testigo de buena parte de la su historia, incluida la inauguración a la que acudieron Iago Aspas y Roberto Lago en febrero del 2013. Su preferido, sin embargo es otro. «Tenemos debilidad por Sergio. Se deja caer a veces por aquí y es uno más, muy cercano, se le coge cariño fácilmente».

Las actividades que llevan a cabo van destinadas a fomentar el celtismo -empezando por los propios viajes a Balaídos-, pero también a recaudar fondos para lograr mantenerse, ya que las bajas cuotas que abonan los miembros no son suficientes para subsistir. «Hacemos lo típico: loterías, sorteos, campeonatos de cartas... Las cosas normales. Y luego nuestra comida de final de temporada o la asamblea de inicio». A Suso le gustaría probar nuevas iniciativas, si bien prioriza que «la peña se asiente y se afiance» antes de precipitarse. No obstante, le gustaría que el primer desplazamiento que organicen como peña, Balaídos al margen, no pase de este curso.

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