El colectivo celtista del municipio, con 180 miembros, lleva tres decenios siendo un ejemplo de fidelidad en la distancia y con relevo continuo
07 abr 2016 . Actualizado a las 16:24 h.30 años no son nada. Por eso el presidente de la Peña Celtista de Burela, Xurxo Rodríguez, que tenía cuatro cuando su padre fue uno de los fundadores del colectivo, ya piensa «en seguir otros 30, intentando ser más, tener más actividad y apoyando siempre al equipo». De momento ya pueden presumir de ser uno de los colectivos celtistas más veteranos y expertos en salvar obstáculos empezando por la distancia y continuando por los múltiples malos momentos en los que han seguido fieles al equipo.
A Xurxo el celtismo le viene de su progenitor, natural de Arbo, y la presidencia, también. «El primer presidente se llamaba Indalecio Murados, ya fallecido. Cuando empezó a tener problemas de salud la cogió mi padre, que estuvo 24 años. Yo llevo doce en la directiva y cinco de presidente, desde que él empezó a cansarse», explica. Su padre, fuera de su localidad natal desde hace muchos años, siempre le inculcó el celtismo. «Hubo unos años que estuvo en San Sebastián y cuando jugaba allí aprovechaba para ir a verlo. Y ahora siempre que podemos nos escapamos a Vigo».
Pero han tenido, asimismo, unas cuantas oportunidades de ver al equipo en Burela. «La tradición celtista viene un poco de ahí. Que a un pueblo pequeño y tan lejos viniera un equipo de Primera era todo un acontecimiento». Acudieron cuando se fundó la peña, en los 80 -«que justo era cuando el pueblo empezaba a crecer»-y también más recientemente, en el 25º aniversario. «Tiramos el guante a ver si había suerte y se consiguió». Aunque sabe de la dificultad, le gustaría poder repetir para celebrar estos 30 años.
Entre los integrantes hay mucha gente mayor, incluso rozando los 90 -de hecho, han tenido que lamentar más de una pérdida en los últimos años dada la avanzada edad de aglgunos socios-, pero también tienen un bebé de meses y con la actual directiva de treintañeros han logrado rejuvenecer el colectivo. «Somos unos 180. Es cierto que algunos son también del Barcelona o del Madrid, pero siempre te dicen igual: 'También somos del Celtiña'».
Incluso los más veteranos siguen participando en las actividades de la peña, que incluyen un cocido de Carnaval y una sardinada al final de la temporada, aparte de varios desplazamientos a Vigo. «Ya fuimos a dos o tres este año. Teníamos organizado viaje al derbi, pero con los precios hubo miembros que no lo podía pagar», recuerda. Habituales también acompañando al Celta lejos de Vigo, estuvieron presentes en eventos históricos como la final del 94 y contaron con la presencia de Quinocho en su inauguración. Bilbao será su próximo destino celeste.
Admite Xurxo que no suelen reunirse para ver los partidos cuando no viajan. Es más, lo evitan, cuenta a modo de anécdota. «Lo intentamos unas cuantas veces, pero coincidió que siempre acabábamos perdiendo, así que ya quedamos entre todos en que no había que hacerlo más, que nunca salía bien». Aun así, sí se siguen reuniendo en grupos más pequeños para los partidos importantes. Y también hay una minoría que son abonados del club, todos ellos de Marcador, y procuran representar a la peña en cada compromiso del equipo.
En Burela conviven con la peña deportivista, con la que tienen «una relación perfecta». «Son gente joven y la mayoría somos amigos. Antes de un derbi hace unos años hasta se juntaron para «unas pachanguitas» y no es la única vez que han hecho algo juntos desde que los simpatizantes del conjunto blanquiazul recuperaron su actividad. Un parón que ellos nunca han sufrido. «Hubo una época en que costaba más juntar gente para los viajes al estar en Segunda. Pero la peña nunca corrió peligro. Somos gente muy fiel». Sus 30 años de vida refrendan sus palabras.