El colectivo celtista moañés se constituyó a finales del año 2011 y sobrevivió a la marcha del futbolista al Liverpool
09 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.Iago Aspas tenía que tener una peña. Los impulsores de la misma lo tuvieron claro el día que sus goles frente al Alavés dieron la salvación al Celta, que en aquel momento corría el riesgo de descender a Segunda B. Es más, lo sabían incluso desde antes, desde que veían en Barreiro la calidad que atesoraba aquel «rapaz rebelde que deu vida ao Celta». Así lo define el hoy presidente de su peña, Luis Pereira.
Sin embargo, no fue hasta el año 2011 cuando la pusieron en marcha, figurando como peña federada desde el mes de noviembre. En Moaña, la localidad natal de Iago, había habido otra peña celtista dedicada a su hermano mayor, así que comenzaron por aglutinar a sus miembros. «De Jona a Iago hai un paso, así que decidimos falar con eles para xuntarnos, ir xuntos nun autobús e todas esas cousas». Así se pusieron enseguida en los cerca de 200 miembros.
El colectivo comenzó en Segunda. En aquel entonces estaban convencidos de que Iago iba a dar mucho de qué hablar, pero todavía tenía que confirmarlo. Desde Marcador, donde se asientan la mayoría, le han visto crecer, irse y volver y ganarse un cariño de la afición que por parte de ellos tiene desde mucho antes. «De novo mirábase que era un kamikaze, que vía tarxetas por doquier e saía a unha amarela por partido cando non era vermella. Sacaba o xenio e a la calle», rememora. Confiaban en que sentaría la cabeza, y así fue. «Centrouse no fútbol, despegou e leva unha boa andaina», resume Pereira.
Su marcha al Liverpool fue inevitablemente un punto de inflexión en la peña. «Estabamos contentos por el como futbolista, pero fastidiados como celtistas. Marchaba a un bo clube europeo, dos que máis Champions ten e había que alegrarse por el», señala. En ningún momento se plantearon dar por cincluido el proyecto de la peña. «Houbo un baixón de xente, xa non eramos tantos, non era o mesmo. Pero nós seguiamos sendo celtistas e Iago tamén, así que seguimos para adiante, non había motivos para tirar nada atrás». Mientras, miraban de reojo hacia sus clubes y sufrían su falta de suerte. «Non lle foi ben, pero é que aquí está mellor rodeado».
El regreso de Iago a Vigo, eso sí, fue la mejor noticia que podían darles. En Moaña había rumores desde tiempo antes, la posible vuelta del hijo pródigo siempre estaba ahí. Pero no querían hacerse ilusiones. «Chegábanme comentarios e pensaba: ‘Non, joder, non podo crelo’. Preguntábaslle a el e dicíache que a ver, a ver, que estaba moi complicado. E ao final mira». Fueron incluso a arroparle en la presentación. «E iso que non imos nunca a ningunha».
Entre los miembros de la peña están los padres de Iago, sus hermanos y otros familiares. De hecho, el más pequeño de los integrantes es el propio hijo del futbolista, Thiago, nacido hace pocos meses. Más allá de ellos, el resto de sus vecinos también le conocen de toda la vida y se consideran sus amigos. «Temos trato directo con el aínda que non nos vexamos tanto coma antes. É o de sempre, un amigo que non cambiuo nada. E se tes algunha dúbida de fútbol, vas onda el, que é o que sabe», cuenta divertido.
Como toda peña que se precie, la de Iago Aspas también organiza comidas y viajes, además de tener bufandas recién renovadas. «Tamén facemos algún sorteíño para socios e intentamos agasallar con algúns detalles. Xa que hai que pagar unha cuota de 20 euros -el plazo de altas y renovaciones está abierto en este momento-, polo menos intentar que sexa o máis levadeiro posible». Entre los objetivos que no han cumplido como peña hay uno importante: «Temos que facer a Iago de Marcador, que este aínda é de Tribuna».