La primera peña celtista excursionista del municipio echó a andar en 1987 y nunca ha cesado su actividad
19 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.En sus casi 30 años de vida, a la Peña Celtista de Ponte Caldelas -bautizada, como la mayoría en aquella época, como «peña excursionista»- ha tenido tiempo de todo. De tener más miembros, menos; ser más activa, menos; tener o no equipo de fútbol para los torneos de peñas... Pero su mayor orgullo es que su espíritu celtista ha estado siempre presente, y si cabe más en los peores momentos.
«En los años de Segunda tuvimos incluso más abonados. Es cuando al equipo más falta le hacíamos y nos volcamos. Además, había muchos futbolistas de la casa y eso siempre tira», señala su presidente, Suso Rodríguez Méndez. Él bromea con que lo suyo casi parece una dictadura. Lleva de presidente desde el principio y es uno de los pocos supervivientes entre los fundadores. «Nuestra obsesión siempre ha sido la misma: apoyar al Celta, ayudar en todo lo que podamos y animar a la juventud a que se una a la familia celtista».
En la actualidad son alrededor de 64 peñistas, alrededor de 40 de ellos, también abonados del club. Comparten algunos miembros con la otra agrupación celtista con sede en el municipio, mucho más reciente y con una media de edad más joven, Celtas do Verdugo. «Hay muy buen rollo con ellos. Desde que tienen equipo de fútbol para los torneos de peñas ya no hacemos. Nosotros en general ya estamos un poco mayores», bromea.
Para su celtismo, por el contrario, no hay edad. No perdonan un solo partido en Balaídos y, aunque no es el caso de Suso, muchos de sus compañeros sí que realizan también desplazamientos con el equipo por los campos de España. «La mayoría vamos en autobús con las peñas de Pontevedra y Pablo Coira, más algunos en coches particulares porque prefieren estar en la previa o quedarse después de que termine el partido».
Suso cree que para que una peña perdure solo se necesita una afición de verdad, y mejor si no está respaldada en ningún jugador concreto porque «entonces cuando ese se va, cambia la cosa». «Nosotros podemos hacer más cuchipandi o menos, unas temporadas más comidas y quedadas y otras no tanto, pero el apoyo al club es lo que no nos falla nunca. Seguimos y seguiremos apoyando para no dejar que esto muera nunca, de ninguna manera».
Porque aunque la tradición celtista está muy arraigada desde siempre, ellos también han contribuido a que fuera a más. «Aquí el Celta siempre tiró mucho. Tengo 70 años y mi padre ya seguía al equipo. Ya entre la gente nacida en los años 20 del siglo pasado en Ponte Caldelas se respiraba celtismo. Nosotros siempre hemos luchado por mantenerlo», recalca. Además, recuerda a algunos jugadores que estuvieron a punto de defender la camiseta del Celta tras destacar en el conjunto local, la Cultural Deportiva, lo que aumentó todavía más el interés.
Si se le pregunta a Suso por sus recuerdos celestes se le agolpan en la cabeza hasta el punto de que le es prácticamente imposible elegir. «Recuerdo mucho estar con Quinocho discutiendo por las entradas en la época en la que era él quien se encargaba de eso. Y muchos viajes, como una vez que nos apedrearon el autobús en Oviedo y tuvimos que escapar como pudimos del Tartiere. Pasamos mucho miedo». Tampoco pasa por alto las finales de Copa. «La vuelta a Europa hace mucha ilusión, siempre es un placer que no nos puede llevar a descuidarnos. Pero a mí lo que realmente me haría ilusión es poder ganar una Copa».