Duhalde temía que el «megacacerolazo» de anoche degenerase en un «viernes negro»

SERVICIO ESPECIAL BUENOS AIRES

INTERNACIONAL

NANCY LARIOS

Grupos políticos argentinos advierten de la existencia de conspiraciones para provocar un golpe civil Las autoridades argentinas pidieron la colaboración de la población y reforzaron la seguridad para impedir que el gran «cacerolazo nacional» convocado para anoche en el país se convirtiese en un «viernes negro», con estallidos de violencia. El Gobierno advirtió de un «importante operativo de disuasión» y pidió a la gente «que no permitiese la presencia de violentos», ya que las fuerzas de seguridad «serán inflexibles» con ellos. Desde distintos sectores salieron advertencias sobre acciones desestabilizadoras de grupos que intentarían provocar en el país un «golpe civil» que conduzca a un gobierno autoritario.

25 ene 2002 . Actualizado a las 06:00 h.

El portavoz presidencial, Eduardo Amadeo, dijo que el Gobierno «está preocupado» por si se repite la violencia como la que hace un mes dejó 28 muertos. El megacacerolazo fue convocado contra el corralito y la corrupción -bajo la consigna «Que se vayan todos» del Gobierno- por asociaciones vecinales y es la primera manifestación nacional a la que se enfrenta Duhalde. Diputados de la opositora Unión Cívica Radical defienden la legitimidad del Gobierno de Duhalde y alertaron de la existencia «de una campaña de desestabilización del orden institucional», motorizada por poderosos grupos «financieros y ultraminoritarios». Alertan de un posible golpe civil como ocurrió en Perú con Fujimori que, entre otras cosas, implicaría el cierre del Congreso. También, el ex-coronel Mohamed Alí Seineldín, condenado a cadena perpetua por liderar un alzamiento contra Carlos Menem, dijo que hay sectores que buscan la guerra civil para instalar un gobierno de «ley y orden» que protegería a los grandes grupos económicos. Sostiene que Menem y la CIA están involucrados, porque Duhalde «no le conviene a EE UU». Elisa Carrió, de Alternativa para una República de Iguales, dijo que no le parecía «descabellado» lo que el ex-militar había denunciado.