Ahmadineyad lidera una marcha en Teherán al grito de «Muerte a Israel»

La Voz EFE | TEHERÁN

INTERNACIONAL

ATTA KENARE

El presidente iraní reitera que borrar del mapa al Estado hebreo es correcto y justo Afirma que las críticas de EE.UU. y la UE son lícitas, pero que para él carecen de valor

28 oct 2005 . Actualizado a las 07:00 h.

El presidente iraní, el ultraconservador Mahmud Ahmadineyad, desafió ayer de nuevo a la comunidad internacional al afirmar que su llamamiento a «borrar del mapa» al Estado hebreo es «correcto y justo», mientras cientos de miles de iraníes gritaban en las calles de Teherán «¡Muerte a Israel!», en la marcha convocada para celebrar el Día de Jerusalén, festividad instaurada por el ayatolá Rujolah Jomeini para respaldar la causa palestina. La efeméride, que se conmemora cada año el último viernes del mes sagrado del Ramadán, es celebrada con pasión por los musulmanes chiíes, sobre todo en el Líbano e Irán. El mandatario iraní encabezó la marcha, pese al difícil lugar en el que ha colocado a su país con su decisión de recuperar en público la célebre frase de Jomeini, fundador de la República islámica iraní, sobre la necesidad de «borrar a Israel del mapa». Sus palabras, pronunciadas el pasado miércoles ante un grupo de estudiantes, cosecharon un unánime rechazo internacional y propiciaron que el Estado judío emprendiera los trámites para pedir la expulsión de Irán de la ONU. Ahmadinayad reiteró ayer su reto y aseguró que las críticas externas son lícitas, pero que carecen de valor. «EE.?UU. y Europa son libres para hablar, pero sus palabras carecen de valor para mí», afirmó. Sus líderes «son personas que tiene mucha cara y desean que todo el mundo les obedezca», añadió. La masiva protesta muestra, según diplomáticos y expertos en la zona, el respaldo que tienen en el país las ideas del presidente. Los manifestantes salieron desde siete lugares diferentes de Teherán en dirección al campus de la Universidad, donde a mediodía tuvo lugar la oración y el sermón de los viernes, principal tribuna política del país. Al grito de «¡Abajo Estados Unidos, fuera Israel y el Reino Unido!», los miles de congregados avanzaron con pancartas en las que condenan «los crímenes del despotismo mundial y del sionismo», ideología esta última que fomentó la creación del actual Estado de Israel. También prendieron fuego a un retrato del primer ministro Ariel Sharon y a banderas estadounidenses y británicas. Marchas similares tuvieron lugar en el sur del Líbano. El secretario general del partido chií libanés Hezbolá, el jeque Hasan Nasralah, presidió una especie de parada militar en la que desfilaron más de 6.000 soldados. El espectáculo fue un desafío a la comunidad internacional, que a través de la resolución 1.559 del Consejo de Seguridad de la ONU exige el desarme de Hezbolá y del resto de la milicias. Nasralah olvidó por una vez sus tradicionales diatribas contra Israel y dedicó duras palabras al enviado especial de Naciones Unidas para el Líbano, Terje Roed Larsen, a quien acusó de querer ejercer un mandato sobre el Líbano y fomentar la división. «Es extraño que la ONU coloque a un supervisor para el Líbano y Siria, y no hiciera lo mismo con las resoluciones 242, 338 y 425 (que piden la retirada israelí de los territorios árabes que ocupa). Lo que se busca es proteger a Israel», denunció. Reacciones El ministro de Asuntos Exteriores español, Miguel Ángel Moratinos, afirmó ayer que las declaraciones del presidente Ahmadineyad contra Israel «no tendrían ningún espacio» en el marco de un programa de Alianza de Civilizaciones. Por su parte, el portavoz del Ministerio de Exteriores francés aseguró que París consultará con Londres y Berlín sobre las consecuencias de esas polémicas palabras del líder iraní en lo que se refiere a las negociaciones acerca de la cuestión nuclear.