
Reportaje | Parón a la reforma de la ley de sucesión El primer ministro Koizumi pretendía que la nueva ley se aprobara antes de junio, pero la noticia del embarazo de la princesa Kiko ha motivado este cambio de intenciones
10 feb 2006 . Actualizado a las 06:00 h.El primer ministro japonés, Junichiro Koizumi, retiró ayer su plan para cambiar la ley de sucesión para permitir el ascenso de una mujer al trono imperial, presionado por el sector más conservador de su Gobierno. Las esperanzas de que la princesita Aiko, hija de los príncipes herederos Naruhito y Masako, se convierta algún día en emperatriz de Japón, quedan en una nebulosa, relegadas por la posibilidad de que su tía, la princesa Kiko, dé a luz en otoño al esperado varón que asegure el linaje patrilineal nipón sin necesidad de cambiar la ley. El anuncio, el martes pasado, del embarazo de Kiko, nuera del emperador Akihito y esposa del príncipe Akishino (hermano menor de Naruhito), y la presión de las facciones políticas conservadoras están detrás de la decisión de Koizumi de dar marcha atrás en su reforma. El ministro portavoz del Gobierno, Shinzo Abe, uno de los miembros del Gabinete que ya había manifestado recelos sobre la reforma, fue el encargado de informar ayer de este cambio de planes contrario a la opinión mayoritaria de los japoneses, partidarios de que las mujeres puedan aspirar al trono. Según Abe, el primer ministro no presentará ese proyecto de reforma al Parlamento para su aprobación antes de junio, cuando finaliza la actual sesión legislativa, como era su intención original. Pilar de su programa Koizumi tomó esta decisión, que también echa por tierra uno de los pilares del programa reformista con el que acudió a las elecciones de septiembre, tras reunirse ayer con los pesos pesados de su Gobierno, que insistieron en esperar al resultado del embarazo de la princesa Kiko. Si da a luz en septiembre u octubre a un varón, éste sería el tercero (tras Naruhito y Akishino) en la línea de sucesión. Según la actual ley, que data de 1947, sólo puede heredar el trono un varón, descendiente por línea directa, del emperador. El pasado noviembre, un comité de expertos recomendó al Gobierno un cambio legal para que pueda reinar el hijo primogénito del emperador, independientemente de si es hombre o mujer, a fin de asegurar una «sucesión estable». Esa reforma habría posibilitado que Aiko, de 4 años, fuese la primera emperatriz que se sentara en el trono del crisantemo desde el siglo XVIII. Los sucesores Los ministros de Asuntos Exteriores, Taro Aso, y de Finanzas, Sadakazu Tanigaki, se mostraron contrarios a sacar adelante esta reforma en la actual sesión de la Dieta (Parlamento), y propusieron un meditado consenso nacional antes de tomar una decisión. Estos tres políticos son candidatos a suceder a Koizumi cuando éste ceda, en septiembre, la presidencia del PLD y la jefatura del Gobierno, de ahí el peso de sus comentarios. Aunque las encuestas indican que un 70% de la población nipona apoyaría ese cambio de la ley, sin embargo, su rechazo parte de los grupos tradicionalistas más poderosos, que han ganado fuerza en los últimos meses en el Gobierno de la mano de ministros como Aso. Dado que Koizumi abandonará el Ejecutivo y la presidencia del PLD antes de que Kiko dé a luz, aunque nazca una niña quedan pocas esperanzas de que el sucesor del actual primer ministro retome a corto plazo la reforma de la ley sálica nipona.