Los hispanos de EE.UU. convocan una huelga para mostrar su poder

Estados Unidos se acostará hoy con la duda de si al levantarse mañana el país amanecerá paralizado. Al menos eso es lo que prometen los organizadores del paro nacional convocado para el 1 de mayo al que están llamados todos los inmigrantes, sobre todo los de origen hispano, los más numerosos y que han tomado las riendas de un movimiento que ha perdido el miedo y se ha echado a las calles. Su objetivo: presionar a Washington para que acelere la reforma de las leyes de migración que tiene encima de la mesa para abrir la vía para la legalización de unos 12 millones de inmigrantes sin papeles que residen en el país. Bajo los lemas « Un día sin inmigrantes» y « El gran boicot» , el plantón es un órdago al Gobierno con el que quieren demostrar la fuerza de un colectivo cada día más presente a lo largo y ancho del país. Los latinos suman ya casi 40 millones de personas, con un poder de compra de más de 700.000 millones de dólares anuales. La mayoría, incluidos los clandestinos, pagan impuestos y aseguran que ellos son los que desde la sombra sostienen uno de los pilares de la primera economía del mundo. Según datos oficiales, los hispanos representan el 13% de la fuerza laboral del país, y el 5% están indocumentados. Conscientes de su poder, quieren que Washington los reconozca como ciudadanos de primera clase y les dé la oportunidad de legalizar su situación, ahora que debate la reforma migratoria más ambiciosa de las últimas décadas. Pero no todos están de acuerdo en la estrategia. Las principales asociaciones latinas están divididas. Unas apoyan el paro y el boicot a productos estadounidenses convocado para este lunes y ya están movilizando a sus bases, que volverán a salir a las calles de todo el país, como hicieron el pasado día 10, para hacerse ver y oír. Otras aseguran que el paro es una medida demasiado drástica, que no es bien vista por el resto de los ciudadanos y que se podría volver en su contra. Posibles represalias No olvidan las represalias que los empresarios pueden tomar contra quienes falten a su trabajo, en especial los que no tienen documentos. Desde Los Ángeles a Nueva York, muchos artistas, como la mexicana Salma Hayek han expresado su apoyo a la convocatoria. Media docena de cadenas de supermercados y restaurantes salpicados por el país, además de algunos obispos católicos, participarán en la huelga, que también dejará vacías las aulas. Desde el otro extremo han llegado las amenazas de muerte contra los convocantes o contra políticos que les han prestado su apoyo, como Antonio Villarraigosa, alcalde Los Ángeles de origen mexicano. Incluso un grupo antiinmigrantes, los Guardianes de la Frontera, ha solicitado la ayuda del neonazi Movimiento Nacional Socialista para que paren a golpes a los latinos con los que se crucen. El último atrevimiento de los hispanos, símbolo de que en este país se habla cada vez más en español, ha sido el de grabar el himno estadounidense de las barras y estrellas en castellano. Algo que no ha sentado nada bien al presidente George W. Bush.

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