El partido más difícil... la urna

Javier Herrero SERVICIO ESPECIAL | MÉXICO

INTERNACIONAL

Elecciones en México | El interés de los emigrantes Unos 71 millones de mexicanos están llamados a las urnas el domingo, pero de los 25 millones que viven en Estados Unidos pocos emitirán su voto, pues apenas se solicitaron tarjetas

26 jun 2006 . Actualizado a las 07:00 h.

Sábado 24 de junio, 14.06 horas. México estalla. Rafa Márquez, capitán de la selección mexicana de fútbol, adelanta a la tricolor en su partido de octavos de final del Mundial frente a Argentina. Durante 90 minutos, el fútbol entierra las diferencias, y los mexicanos gritan unidos. Tras una prórroga agónica, sobrevive Argentina y 50.000 mexicanos desplazados hasta Alemania regresan a casa. En San José, tercera ciudad de California, Marcos Carriles, 23 años, nacido en San José pero de familia mexicana, contempla la derrota de la tricolor. Como él, 25 millones de mexicanos que llegaron a Estados Unidos en busca de trabajo. Acabado el espejismo, un nuevo combate les espera a todos el 2 de julio. El domingo y en un ambiente de gran división, México elige presidente. Y Martha Julia Merlo, la madre de Marcos, que 30 años atrás llegó a California, vuelve a casa. Michoacán es un pequeño espejo de la realidad mexicana. Con una superficie dos veces mayor a la de Galicia, el quinto estado más pobre de México, según el Índice de Desarrollo Humano 2005 de la ONU, es un lugar agraciado por la naturaleza: tierras fértiles, playas vírgenes, minas ricas en minerales y con una capital, Morelia, ciudad Patrimonio de la Humanidad. Pero también es uno de los estados con mayor número de ejecuciones sumarias durante el 2006 (ya van 153), donde el narcotráfico crece y el campo está cada vez más abandonado. Y del estado que más emigrantes exporta a Estados Unidos es Martha Julia. Allá por los años setenta se casó con Antonio, su prometido, y se fueron a Estados Unidos. Como ellos, pero en el 2005, 400.000 mexicanos cruzaron la frontera del norte. Martha Julia vuelve para votar, pero no sabe a quién, como el 30% de los electores. Han pasado seis años desde que Vicente Fox, del Partido de Acción Nacional (PAN), fue elegido presidente, rompiendo con 71 años de hegemonía del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Empate técnico Las últimas encuestas reflejan un empate técnico. En la izquierda, el candidato del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Andrés Manuel López Obrador, cuenta con una ventaja mínima sobre Felipe Calderón, del derechista Partido de Acción Nacional y aspirante a continuar la labor de Fox. A cierta distancia, Roberto Madrazo, anhela recuperar el poder para el Partido Revolucionario Institucional (PRI). El 2 de julio, 71 millones de mexicanos tienen una cita con las urnas en 31 estados. Muy pocos lo harán desde la emigración, pues apenas se solicitaron tarjetas. Al nuevo presidente le espera un México dividido. Con 106 millones de habitantes, la decimocuarta economía del mundo en el 2005 obtiene sus principales ingresos del petróleo, tiene multinacionales punteras en Latinoamérica, universidades prestigiosas (UNAM, Tecnológico de Monterrey) y un legado cultural y medioambiental único. Pero también es un país en el que la segunda fuente de ingresos son las remesas de los emigrantes, donde continúan las violaciones de los derechos humanos y conviven multimillonarios. Pero el domingo, los mexicanos juegan el partido más importante: contra el desempleo, la inseguridad y la pobreza. Y no les será nada fácil.