El «eje del mal», cerca de EE.UU.

Silvia Ayuso LA HABANA

INTERNACIONAL

La Habana saca partido a la reunión de los «enemigos» de Washington, pero otros países también aprovechan la cita para lograr apoyos a sus intereses internacionales

13 sep 2006 . Actualizado a las 07:00 h.

Justo en momentos en que Estados Unidos se ve más cuestionado que nunca por su lucha contra el terrorismo, a poco más de un centenar de kilómetros de su costa, en la archienemiga Cuba, se concentra el mayor número de países a los que Washington ha incluido en el «eje del mal» o, cuanto menos, considera «non gratos». Jefes de Estado y de Gobierno, o altos representantes de Corea del Norte, Irán, Siria, Venezuela, Zimbabue, Myanmar o Bielorrusia viajaron o van a hacerlo a La Habana, sede de la XIV Cumbre de Países No Alineados (Noal) y declarada estos días la «capital del Tercer Mundo». Presidentes como el iraní Mahmud Ahmadineyad o el venezolano Hugo Chávez acudirán a la cita cubana, mientras que hasta el último minuto se mantiene abierta la posibilidad de que el convaleciente comandante Fidel Castro haga una aparición estelar, y, por lo menos, inmortalice en una «foto de familia» la presencia de «archienemigos» estadounidenses de la talla de Ahmadineyad o del sirio Bashar el Asad. «No me queda más remedio que imaginar que está creciendo el 'eje del mal', y si vamos a guiarnos por algunos despachos de prensa, pronto va a estar integrado por 118 naciones, o sea, las que integran Noal», ironizó el martes el viceministro del Exterior cubano, Abelardo Moreno. Estados Unidos también estaba invitado, aunque por un mero formalismo, dado que estuvo presente en la cumbre de hace tres años en Malaisia Aliados, pocos Y es que aunque a la cita cubana también acuden algunos de sus aliados, como el presidente paquistaní, Pervez Musharraf, o el primer ministro indio, Manmohan Singh, la cumbre tiene un «aire» antiestadounidense camuflado bajo un llamamiento a defender el «multilateralismo». De hecho, en el proyecto de declaración final aparecen numerosas críticas a la política internacional norteamericana: rechazo rotundo del término «eje del mal» por cierto Estado para estigmatizar a otros con el pretexto de la lucha contra el terrorismo. Se condena a Israel por la «despiadada agresión contra Líbano», y por su intento de imponer una «solución unilateral ilegal» en el conflicto con los palestinos, y se reafirma el «apoyo incondicional (...) a la justa demanda de Siria de reinstaurar la plena soberanía en el Golán sirio ocupado». Por el contrario, Noal se posiciona a favor de enemigos de Washington como Irán, Venezuela y, por supuesto, Cuba. Irán, Venezuela y Cuba En el caso del primero, reafirman el derecho a la investigación, producción y uso de la energía nuclear con fines meramente pacíficos. A Venezuela se le dedican tres párrafos del texto en los que se «considera con preocupación las políticas agresivas de Estados Unidos» apra con ella. Y como ya es tradicional, Noal reclama el levantamiento del embargo impuesto contra Cuba. Plataforma para la ONU Pero la cumbre también amenaza con convertirse en un agitado centro de campaña de intereses particulares: Venezuela no oculta que busca apoyos a su candidatura a un puesto no permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU frente a Guatemala, promocionada por Estados Unidos. Tailandia promueve en La Habana al viceprimer ministro Surakiart Sathirathai para suceder a Kofi Annan en diciembre. Al cargo de secretario general de la ONU también aspiran el canciller surcoreano Ban Ki Moon, el antiguo experto en control de armas de la ONU Jay Dhanapala, que participó en las conversaciones de paz en Sri Lanka, y el indio Shashi Tharoor, un alto funcionario de la ONU.