La guerrilla separatista chechena parecía ya arrinconada, sin embargo, conserva aún capacidad para causar disgustos al Ejército ruso. Un helicóptero Mi-8, en el que viajaban tres pilotos y una unidad aerotransportada de acción rápida, compuesta por 17 miembros, fue alcanzado ayer por disparos efectuados desde tierra por combatientes, según fuentes militares. El impacto con el suelo y posterior incendió causó la muerte de sus 20 ocupantes. El presidente checheno, Ramzán Kadírov, se apresuró a desmentir la versión militar y atribuyó el accidente a un eventual fallo técnico. El incidente se produjo al mediodía en las cercanías de la localidad de Shatói, situada al sur de Grozni, la capital de la república. El helicóptero siniestrado formaba parte de una escuadrilla, compuesta por un total de tres Mi-8, enviada para reducir a un grupo guerrillero. Fuentes del mando ruso, aseguraron que entre los separatistas cercados podría encontrarse Dokú Umárov, el actual líder de la insurgencia chechena. Aslán Masjádov, elegido presidente de Chechenia en enero de 1997, fue «cazado» y muerto a tiros por agentes de los servicios secretos rusos en marzo del 2005. Su sucesor, Abdul Halim Saiduláyev, pereció en un enfrentamiento con tropas rusas en junio del año pasado. Al cabo de un mes, saltaba por los aires, mientras transportaba explosivos en un camión, Shamil Basáyev, el que fue el terrorista «número uno» de Rusia. La deflagración pareció fortuita, pero, el FSB (antiguo KGB), se atribuyó aquella muerte.